Excavadores furtivos abrieron dos grandes agujeros en la parte superior de sus laderas, que afectaron una probable torre central, que ya estaba destruida por potentes incendios.
La Universidad de Granada organizó cuatro campañas de excavación sobre esta motilla en tre 1983 y 1986, desarrolladas con carácter de urgencia debido a la construcción de la Presa de Puente Navarro. Esos trabajos permitieron identificar dos potentes fortificaciones superpuestas adscritas a la Edad del Bronce y a la Edad del Hierro. Además, varios recintos bajomedievales coronan la motilla.
La zona inferior de la motilla está rodeada de una potente muralla de la Edad del Bronce.
Para 1989 fue programada una nueva campaña de excavaciones que fue imposible acometer, debido a la inundación de la parte baja de la motilla con motivo de la construcción de la presa antes señalada.
Entonces, de forma ejemplar, se consideró que la mejor forma de preservar las estructuras arqueológicas era rellenar de nuevo con tierra las catas abiertas, separando estos aportes de los paquetes arqueológicos no excavados mediante un estrato de intervención compuesto por materiales inorgánicos no perecederos. De esa forma la motilla consiguió de nuevo la fisionomía que presentaba antes del inicio de los trabajos de excavación.
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