viernes, 26 de julio de 2019

Castro de El Castillo - Langreo

Situado en la parroquia de San Martín de Riaño.
En el territorio rural de la parroquia existe un yacimiento arqueológico llamado el Castiello de Rionda, y unas antiguas cuevas (Frieres) donde se encontraron materiales de sílex y cuarcita que nunca han permitido datar la antigüedad del yacimiento.
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El Risco caído- Artenara


El Risco Caído es un yacimiento arqueológico de la cultura prehispánica de Gran Canaria. Se encuentra situado en el municipio de Artenara, Gran Canaria. Es Bien de Interés Cultural desde 2017 y está dentro de la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde el 7 de julio de 2019, de forma conjunta con una zona de 18 000 ha. denominada "Paisaje Cultural del Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña de Gran Canaria", que en su mayor parte pertenece a los municipios de Artenara, Tejeda, Gáldar y Agaete. Se trata del primer bien Patrimonio de la Humanidad de la isla de Gran Canaria y de la provincia de Las Palmas y el quinto del archipiélago canario.

Localización
El yacimiento se localiza en la margen izquierda del barranco Hondo, que separa los actuales municipios de Artenara y Gáldar. A unos 100 metros de altura con respecto al fondo del barranco en un saliente del mismo se encuentran excavadas las cuevas.[5]​ Se trata de la zona de cumbre de la isla de Gran Canaria y en sus cercanías se localizan otros importantes yacimientos arqueológicos aborígenes como el Roque Bentayga, la “Cueva de los Candiles” en el risco de Chapín o La Mesa de Acusa.
Descripción
El yacimiento consiste en 21 cuevas excavadas en la roca volcánica del cantil del barranco. Dichas cuevas tuvieron uso habitacionales y agrario-ganadero al menos durante 600 años, especulándose que estuvieron ocupadas hasta principio del siglo XX.

Almogarén o santuario de Risco Caído
Además de los usos citados, la cueva conocida como C6 se supone que era un almogarén o lugar de reunión de los Faycanes (sacerdotes canarii). La cueva tiene la particularidad de su estructura abovedada (caso único en las islas) y contar con un orificio artificial que al recibir la luz del amanecer produce un efecto óptico peculiar sobre las imágenes impresas en la pared de la cueva.[8]​ Los dibujos de triángulos (posiblemente representaciones de pubis) hacen suponer de que se trata de un templo dedicado a la fertilidad.

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lunes, 15 de julio de 2019

El Castelón - Illano


Castelón, El Illano
Este castro prerromano tiene como sistemas defensivos aterrazamientos, foso y muralla. Las casas están escalonadas en terrazas y son semicirculares.

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Castro Peña Moñuz

Peña Moñuz es un castro celtibérico situado en las cercanías de Olmeda de Cobeta (Guadalajara, España). Es objeto de excavaciones arqueológicas desde 2006 y fue declarado Bien de Interés Cultural el 18 de septiembre de 2012.

Descripción
Peña Moñuz es un asentamiento fortificado mediante un complejo sistema defensivo que consta de tres partes: un cinturón exterior de piedras hincadas en forma de caballos de frisia; seguidamente un foso excavado en la roca de 5 metros de anchura por 1,90 metros de profundidad; por último, una muralla con un grosor medio de 2,60 metros, aunque en algunos puntos alcanza los 6 metros y a cuya cara externa se adosaron tres grandes torres macizas; un hecho realmente infrecuente en la arquitectura defensiva de esta zona de la Península Ibérica. También es significativa la existencia de dos puertas de acceso monumentales, de 4,5 y 3,5 metros de vano respectivamente.
Desde el año 2006 este yacimiento está siendo excavado sistemáticamente, lo que está permitiendo poner al descubierto la totalidad del trazado de la muralla y de las tres torres que lo flanquean, así como investigar el trazado urbanístico del interior del recinto con el consiguiente descubrimiento de diversas dependencias, algunas de las cuales albergaron zonas de molienda y almacén de alimentos, otras parecen estar relacionadas con el trabajo del metal y otras a residencia propiamente dicha.

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Castro de Murumendi - Guipuzcoa

Sobre el terreno se ven en Murumendi claramente dos anillos horizontales, como escalones en la pendiente, que rodean la cumbre. Estos anillos son en realidad una estructura defensiva de unos dos metros de altura realizados en piedra, sobre la cual nos podemos imaginar unas palizadas.
Dentro del anillo defensivo superior se han localizado unos 6 fondos de cabañas rectangulares (12-14 x 4 metros), un fondo de torre con 4 m de diámetro).
Entre los materiales encontrados hay cerámicas, objetos en bronce, una cuenta de pasta de vidrio y varios molinos de mano.
Se encontraron restos de adobe de las paredes de cabañas. El material orgánico ha sido datado 10/30 AD, lo que es mucho más tarde de lo que se espera para un castro de la edad de hierro.
También se encontraron diferentes objetos en bronce y hierro. La presencia de escoria de hiero indica la fabricación de hierro en situ. En el lugar existen algunos indicios de vetas con minerales de hierro.

Ama Ata

martes, 9 de julio de 2019

Castiello de Tiñana - Siero

Los paisanos de los pueblos, y así lo refleja la toponimia, a cualquier zona fortificada en zona elevada suelen llamarla castro. Tal era su abundancia en los montes asturianos que apenas hay concejo que no atesore algún enclave de este tipo, la gran mayoría derruidos. Sin embargo, a veces, hasta la toponimia puede equivocarse. El llamado castro de Tiñana, en Siero, es, según el equipo que dirige el doctor en Historia Antigua Luis Ramón Menéndez Bueyes, de la Universidad de Salamanca, una fortaleza posterior a tiempos romanos y, por lo tanto, una de las primeras de las que se tiene constancia en aquel incipiente Reino de Asturias. 
Los estudios realizados sobre las piedras que le daban forma y las piezas de cerámica encontradas en el enclave conocido también como castiello de Fozana, que fue localizado en 1957 y, desde entonces hasta hoy, interpretado como una construcción castrense, permiten certificar que «estamos ante una fortaleza ocupada entre los siglos III y V después de Cristo, pero que nada tienen que ver con un castro prerromano», explican los científicos.
El doctor en Arqueología Fernando Fanjul, miembro del equipo investigador junto a la gijonesa Patricia Argüelles y Diana Vega, explicaba ayer a EL COMERCIO que «se puede decir que es una de las primeras fortalezas de lo que después se convertiría en el Reino de Asturias». Así pues, aquella fortificación era algo más avanzado que los tradicionales castros, tenía un sentido estrictamente militar y hasta contaba con una torre de vigilancia que, a su vez, «era el acceso por aquella zona a quien quisiese adentrarse desde el valle del Nalón a la planicie del centro de Asturias, donde se hallaba la capital, Lucus Asturum», detalla Fanjul. Eran fortificaciones levantadas por aquellas élites locales que, más tarde, acabarían dando forma al llamado Reino de Asturias. «De hecho, a nivel social, no hay mucha diferencia entre los que defendían esta fortaleza y lo que hubo en los siglos siguientes, hasta la creación del Reino de Asturias», explica Fanjul. La fortaleza, calculan los investigadores, tendría forma alargada, con 139 metros de longitud y 94 metros de anchura. Contaría además con dos fosos que facilitaban su defensa, así como con la mencionada torre, donde se situaba el acceso a la fortaleza, que en aquella época solían usarse para controlar vías de comunicación.
Los ejemplares de 'terra sigillata' -así se denomina a esta cerámica barnizada en un color rojo anaranjado- hallados en el entorno son de procedencia hispánica, propios de las producciones bajoimperiales, cuya datación se sitúa entre los siglos III y V, aunque una de las piezas analizadas permite extender hasta el siglo VI la posible datación. «Esta cronología sitúa el llamado castro de Tiñana dentro de la polémica sobre el origen y caracterización del fenómeno de castramentación tras el final de la romanidad».

El Comercio

lunes, 8 de julio de 2019

Castro de Muñoandi - Azcoitia, Azpeitia


Este castro amurallado situado en el monte Txalintxo, entre Azkoitia y Azpeitia, fue construido antes de la llegada de los romanos, en la Edad de Hierro. Por su situación estratégica dominaba una gran superficie del valle del Urola.
Desde el año 2006 la sección de Prehistoria de Aranzadi Zientzia Elkartea lleva a cabo una excavación para conocer cómo vivían sus habitantes hace 2.500 años. Cada verano se organizan visitas guiadas partiendo desde Azkoitia.

Urola Turismo

Castro de San Millao - Orense


Para reflejar en parte este castro hemos tomado prestadas las imágenes de Alex Negreira, creador del blog Megaliticia, que por cierto, seguro que os gustará, pues en él podremos ver una gran cantidad de restos históricos tales como dólmenes, petroglifos, castros, sarcófagos y mucho más. Bien es verdad que las fotos no son actuales pues hace poco han realizado algún trabajo de acondicionamiento de alguna vivienda y el lugar está limpio. Aún así tendremos una idea de la majestuosidad de este castro y de lo que nos podremos encontrar.
El castro de San Millao se situa sobre una colina de 696 metros de altura que se encuentra defendida por el estrecho valle del Río Picho o dos Muíños al sur y al oeste.
Al igual que el castro de Saceda por el lado más suave al carecer de defensas naturales es donde encontraremos el lado más protegido artificialmente. Murallas con bloques ciclópeos, profundos fosos e incluso “pedras fincadas” formaban parte de las defensas. Debemos saber que las murallas debido a la situación de este castro, se ha conservado descubiertas durante dos mil años, lo que nos da una gran idea de su configuración.
En cuanto a su cronología el castro de San Millao es datable entre los siglos I a.C y II d.C. y fue excavado en varias ocasiones en el siglo pasado.

Galicia Máxica 

lunes, 1 de julio de 2019

Castro de las Espinillas - Soria


Pobladores de Valdeavellano de la edad de hierro
Al norte de Valdeavellano, a un kilómetro y medio aproximadamente del casco urbano y 500 metros de la ermita de la Virgen de las Espinillas, en el paraje conocido como La Dehesa y a 1350 metros de altitud se encuentran los restos del Castro de las Espinillas. En el siglo VIII a.C. un fuerte enfriamiento del clima propició migraciones de pueblos centroeuropeos hacia el sur del continente. A través del valle del Ebro llegaron al reborde montañoso del norte y noreste de la provincia de Soria donde se establecieron trayendo consigo la cultura del Hierro y un sistema de doblamiento conocido como castros. Estas aldeas fortificadas emplazadas en lugares de fácil defensa y difícil acceso y cuya denominación deriva de la palabra latina “Castrum” (fortaleza) son el origen de vocablos como castillo, Castilla, Cataluña o de mucha de la toponimia soriana como “los Castillejos”, “el Castellar”, “el Castillo”…Los habitantes de este espacio, denominados posteriormente por los invasores romanos como Pelendones, eran ganaderos, actividad propiciada por la morfología de la zona. Uno de los rasgos más característicos de su economía de subsistencia era la no utilización del torno. Tenían contacto con castros cercanos, en unas ocasiones para realizar trueque de materiales, en otras para robar ganado y también para garantizar la renovación genética. El hecho de contar con murallas evitaba esas incursiones, daba prestigio, su visión marcaría el territorio propiedad de ese poblado y delimitaría el área a construir y por lo tanto, el número de habitantes.
El castro de las Espinillas tiene una forma casi circular. Según los expertos se construiría en torno al siglo VI a. C. en un periodo de transición entre la cultura castreña y la posterior celtíbera. Podemos contemplar enormes derrumbes de lo que fue la alta muralla, que tendría unos cuatro metros de altura a juzgar el volumen de piedras acumuladas y que estaría coronada por una empalizada. Esta recorre los lados oeste, norte y este, no siendo necesaria en el lado sur por el escarpado desnivel de esta zona. Durante mucho tiempo unos muros adosados a la muralla se tomaron como restos de torreones, pero se ha comprobado que son construcciones posteriores, posiblemente de pastor. Anteceden a los muros un cinturón perimetral de cantos hincados, que se acompañarían con estacas, para entorpecer los ataques de la caballería. El acceso principal estaría en el lado oeste. En el interior se intuyen espacios de planta circular donde estarían las viviendas que en ocasiones podían compartir con su ganado.
Con la progresiva expansión de la cultura celtibérica, este castro pasaría muy probablemente a ser tributario de Numancia, no demasiado lejos de este lugar, proporcionándole ganado a cambio de protección y cierta organización del territorio. Años después se impuso su romanización, pudiendo tener un uso militar por las monedas y restos hallados en el mismo. Y tras siglos de uso ganadero, modificado en gran medida su aspecto, hoy exige una fuerte observación para reconstruir mentalmente el esplendor de este lugar que la naturaleza ha reclamado para si.

Diputación de Soria

Yacimiento de Monte Cildá - Palencia


El monte Cildá (Olleros de Pisuerga, Palencia) es otro de los baluartes de los antiguos cántabros. Se cree que albergo la ciudad cántabra de Vellica, de hecho y a diferencia del Monte Bernorio, tambien citado como posible ubicación de la misma, importantes autores como Adolf Schulten, Iglesias Gil, García Guinea y Joaquín Gonzalez Echegaray así lo atestiguan. Fue habitada desde el siglo I a.C, siendo citada por primera vez por Claudio Ptolomeo entre los pueblos cántabros (“Vellika”). De todos modos sigue existiendo la duda de si Vellica y Bergida eran la misma ciudad pero con diferentes interpretaciones en las fuentes antiguas. Al igual que el Monte Bernorio, ocupa un lugar privilegiado en cuanto a su ubicación estratégica. Al Este del castro se encuentra el Cañon de la Horadada desde donde se puede observar una gran llanura donde se cree que se llevó a cabo la conocida batalla de Vellica.
Las primeras prospecciones fueron llevadas a cabo en 1891 por mediación de Claudio Lopez Bru, segundo Marqués de Comillas y también mecenas de las excavaciones realizadas ese mismo año en el Monte Bernorio. En dichas excavaciones se encontraron una treintena de estelas funerarias correspondientes al siglo III d.C. Ya en el siglo XX la Diputación de Palencia financió estudios llevados a cabo por el arqueólogo Miguel Ángel García Guinea. En este sentido fue quien descubrió junto a su equipo las murallas defensivas y multitud de objetos (estelas sepulcrales, aras, inscripciones honorificas y un largo etc) que dieron la importancia inicial que hoy ya tiene el yacimiento del Monte Cildá. Cabe destacar también a Eduardo Peralta Labrador ya que fue él quien documento la primera tésera cántabra conocida hasta entonces. Se encontró en muy buen estado, conteniendo una inscripción de origen celta. A partir del año 2002 se reanudaron las excavaciones, financiadas por la Junta de Castilla y León. Aún así es un yacimiento prácticamente por descubrir, ya que las catas realizadas han sido escasas. Desgraciadamente el Monte Cildá está incluido en la Lista Roja de patrimonio en peligro, ya que su conservación corre peligro de deterioro.

Regio Cantabrorum

Castiellu de Llagú - Oviedo


Situado en el pueblo del Llagú fue parcialmente destruido por una cantera cercana. Tiene un importante sistema defensivo. Tuvo un primer asentamiento prerromano y otro posterior romano. En el primero se realizaron las defensas orientales y durante el segundo se realizó la torre circular y la muralla occidental, entre el siglo VI a. C. y el siglo I aC

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