domingo, 28 de febrero de 2021

Les masies de Sant Miquel Bañeras


El área arqueológica de Les Masies de Sant Miquel, en Bañeras (Provincia de Tarragona, España), está situada en el arrabal de este nombre y ocupa, según puede desprenderse del material arqueológico que se observa en superficie y de las intervenciones arqueológicas realizadas, una extensión considerable.

En esta área se localizan tres yacimientos relevantes:

a) El poblado ibérico de Les Masies de Sant Miquel, de una extensión superior a la media de los yacimientos de su cronología localizados en el Penedés, con una datación que va desde la primera edad de hierro (siglo VI a. C.) hasta la romanización (siglo II a. C.).[1]​

b) La necrópolis de Can Canyís, conocida desde el año 1960, que tiene un marco cronológico que se corresponde, en parte, con la del poblado ibérico de Les Masies de Sant Miquel.

c) La villa romana de Grita Vella, relacionada con la ermita de Sant Miquel, situada justo al lado de la finca donde se localiza el poblado. La zona arqueológica abarca una amplia cronología que va desde el siglo VI a. C. hasta el II d. C. y engloba tres muestras diferentes de uso del territorio: Una necrópolis de incineración, un poblado ibérico y una villa romana, lo que permite explicar todo un proceso cultural que incluye la iberización y la romanización de El Penedés.

Necrópolis de Can Canyís

El momento más antiguo corresponde a la necrópolis de Can Canyís que, por los estudios realizados, puede datarse alrededor de los siglos VI y V a. C. Este sector del yacimiento es el que ha sido estudiado más a fondo, a partir de sus materiales :

El poblado, a partir de los datos proporcionados por la cerámica en superficie y por las excavaciones realizadas, que han profundizado poco a nivel estratigráfico, se puede datar entre los siglos VI y II a. C., con diferentes fases constructivas.

El hábitat en la zona tiene continuidad con la villa romana de época altoimperial, siglos I a. C.-II d. C., que se superpone en parte sobre las estructuras del poblado, en los alrededores de la ermita.

Finalmente, debe citarse la construcción de la ermita de Sant Miquel, cuyos inicios se pueden datar en torno del XII.

Las estructuras puestas al descubierto durante la realización de obras en las fincas en diversas épocas y los trabajos de delimitación arqueológica llevados a cabo han puesto de manifiesto que se trata de un conjunto arqueológico de una extensión y calidad excepcional, tanto por el estado de conservación de las estructuras del poblado como por la riqueza y abundancia del material recuperado en la zona de la necrópolis. Aparte del buen estado de conservación y de la gran extensión del área arqueológica, debe mencionarse su importancia científica. A pesar de que una pequeña parte de la necrópolis fue destruida en los años sesenta, el material recuperado nos muestra que nos encontramos ante una de las necrópolis ibéricas más importantes del país, junto con las de Ullastret o las del Bajo Ebro. Su importancia aumenta con el hecho de que se puede relacionar directamente con una zona de hábitat, lo que es muy infrecuente en el mundo ibérico, considerando que pocas necrópolis pueden asociarse directamente con un poblado localizado. Esta asociación directa con un asentamiento que ocupa una gran superficie (unos 70.000 metros cuadrados) y tiene una vida muy larga (siglos V a II a. C.) hace evidente la existencia de más tumbas, considerando que las localizadas en el año 1960 corresponden a un segmento muy pequeño de la población que habría ocupado el asentamiento.

La extensión del poblado y su excepcional estado de conservación con estructuras que pueden llegar a 3 metros de altura nos indican que estamos ante uno de los poblados más grandes y mejor conservados de Cataluña, lo que abre unas perspectivas inmensas de cara a la investigación y la recuperación para la vista pública de este yacimiento.

Finalmente, la villa romana y la construcción de la ermita nos indican una perduración de la ocupación de la zona a lo largo de los siglos, que proporciona un valor añadido al yacimiento.

Wikipedia

sábado, 27 de febrero de 2021

Cueva Horá - Granada


Cueva Horá es un yacimiento arqueológico que está situado en el término municipal de Darro (Granada) España. Se abre a la vertiente sureste de las últimas estribaciones de Sierra Harana, una de las más meridionales dentro del dominio subbético, a 1.217 metros sobre el nivel del mar y dista de la localidad de Darro 2,5 kilómetros, accediéndose a ella por la carretera general número 324.

El yacimiento de Cueva Horá fue documentado por el insigne hispanista Hugo Obermaier, quien lo visitó en 1916. Por las muestras recogidas entonces, consideró que la secuencia cultural de la cueva pertenecía al musteriense. Posteriormente el yacimiento ha sido objeto de intervenciones arqueológicas a cargo de J. C. Spanhi y M. Pellicer y, finalmente, entre 1979 y 1983, también fue excavada por un equipo en el que estaban integrados tanto el Servicio de Arqueología de la Diputación de Granada, como el Patronato de la Cueva del Agua.

Como producto de estas fases investigadoras, se amplió la horquilla cronológica de la secuencia cultural constatada en la misma, al paleolítico inferior y superior, amén de confirmarse la presencia musteriense y un epiuso neolítico y calcolítico. En suma, se constató la frecuentación del lugar por grupos de cazadores y recolectores paleolíticos durante el intervalo de tiempo que media entre hace 100.000 y 30.000 años, siendo ocupada posteriormente, en la prehistoria reciente, pero con menor intensidad.

La columna estratigráfica de la cueva está representada casi en su totalidad por materiales calizo-dolomíticos, en cuya base se encuentra un tramo de dolomías sobre el que se sitúa otro de calizas blancas azoicas cuya potencia máxima es de 300 metros y que se estima que pertenecen a la parte más alta del Lías Inferior. En estos materiales calizos se sitúa el abrigo, en el frente de una falla inversa de dirección aproximada N-NE/S-SW. En este lugar los materiales son de caliza microlíticas cuyos estratos subverticales superan los 50 centímetros de potencia. En realidad, aunque se hable del yacimiento como cueva, geológicamente sería más apropiado denominarlo como abrigo con morfología de puente natural de fuerte pendiente.

El suelo, con un acusado desnivel, presenta numerosos bloques calizos, algunos de ellos de gran tamaño, que son el resultado de desprendimientos de la bóveda y del retroceso de las entradas de la boca. El abrigo presenta dos entradas: una hacia el sureste y la otra abierta en dirección noroeste.

El yacimiento de Cueva Horá puede enmarcarse cronológicamente desde finales del paleolítico inferior hasta la prehistoria reciente; si bien, será durante el paleolítico medio (musteriense) cuando se registre el apogeo habitacional del abrigo. Esta ocupación responde a los patrones característicos de esta época, que elegían como lugares de refugio cuevas o abrigos bien orientados y estratégicamente situados, como es el caso de esta cueva, situada entre la Sierra de Harana y la depresión de Guadix.

Este artículo es una obra derivada de la disposición relativa al proceso de declaración o incoación de un bien cultural o natural publicada en el BOE n.º 99 el 25 de abril de 2002 (texto), texto que está libre de restricciones conocidas en virtud del derecho de autor de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 de la Ley de Propiedad Intelectual española.

Wikipedia 

martes, 23 de febrero de 2021

Fuente de la Mota - Barchín del Hoyo


El yacimiento ibérico Fuente de la Mota se localiza en la comarca de La Manchuela, en un extremo de la Sierra del Monje, en el término municipal de Barchín del Hoyo (Cuenca).

Se trata de un oppidum ibérico, de 1 ha. de extensión, con una distribución octogonal, enclavado en lo alto de la meseta del cerro de Plaza de Moros.

Posee dos fases diferentes de ocupación, aunque contiguas en el tiempo. Una primera que iría más allá del S. IV a. C., hacia el S. V, y una segunda fase que abarcaría desde el S. IV a. C. hasta el 210 a. C., continuando con una ocupación ya muy débil, como núcleo industrial, hasta el S. I a. C. / I d. C.

Este poblamiento, durante su existencia, se erigió, como cabeza de la zona, en un centro que explotaba los recursos de su entorno, creando un fuerte emporio comercial mediante la explotación de minas de hierro y arcilla y siendo un centro neurálgico de vías de comunicación.

El urbanismo está formado por espacios públicos y privados con calles construidas a base de arcilla compactada con entradas a los recintos y construcciones que corren paralelas a la muralla, a la que se adosan casas y alguna otra vivienda exenta.

En el área sur del yacimiento se localizaron restos de una arquitectura doméstica de casas no muy fuertes tratándose más bien de construcciones para uso temporal. En ellas se han encontrado 34 pozos.

Hacia la zona suroeste aparecen derrumbes de adobes cocidos, en los que se aprecia la unión con trazas de cal. Las habitaciones pegadas a la muralla o la que aparece exenta son distintas en cuanto a su técnica, más laborada que las encontradas en el área sur.

En la zona suroeste del poblado se encontraba una zona dedicada a la manufactura textil, alfarera y minera con la existencia de un horno de reducción de mineral de hierro.

Cierra el yacimiento por su lado este, un muro de orientación norte-sur de al menos 20 mts. de longitud que parte del pequeño cerro de la Cobertera, donde se aprecian restos de estructuras y sillares que forman una pequeña muralla, junto a elementos ciclópeos.

La muralla, asentada sobre la plataforma caliza natural, aprovecha las condiciones del terreno en su levantamiento sentido ONO/ESE. Se distribuye en terrazas a partir de un foso de unos 75 cmts. de profundidad, excavado en la roca caliza.

Al acabar la muralla que corre en semicírculo por el yacimiento, existe una torre defensiva, que protege la entrada al recinto y controla el paso de los carros. Es de planta cuadrangular, con una superficie de unos 100 mts2 y una altura máxima de 6 mts.

Existe una vía de acceso al yacimiento en dirección norte-sur sobre un piso de tierra arcillosa compactada con piedra caliza, con un trayecto de 17 mts. de recorrido y unos 2 mts. de ancho, continuando por la muralla en sentido este-sureste.

Cultura CLM 

lunes, 22 de febrero de 2021

Cueva del Juyo - Igollo de Camargo


La cueva de El Juyo es uno de los grandes tesoros ocultos de nuestra región. Siempre ha permanecido a la sombra de otras grandes cavidades con evidencias coetáneas a su periodo de ocupación, quedando su nombre y relevancia social lejos de lo que realmente merece. Pero no nos equivoquemos: Estamos casi con toda certeza ante el yacimiento del Magdaleniense Inferior más importante de la Península Ibérica. La excelente conservación del mismo permitió acceder a un espacio prácticamente virgen donde todas las evidencias arqueológicas habían permanecido intactas durante milenios.

Se sitúa en el barrio que la da nombre, en el fondo de una dolina a la cual se accede a través de un camino asfaltado que termina en una explanada. La entrada actual es de pequeñas dimensiones, actuando además a modo de sumidero parcialmente activo por donde transcurre un pequeño riachuelo que ha formado en la roca un nivel subterráneo. A diferencia de sumideros activos como el de la Cueva de Covalejos, donde el agua sigue arrastrando evidencias prehistóricas sin que nadie ponga remedio, en El Juyo tenemos la inmensa suerte de que el agua ha creado su "camino" inmediatamente por debajo del nivel habitado. Quiere decir esto que su estratigrafía se ha conservado a la perfección, quedando el "cauce" muy por debajo del nivel fértil del yacimiento. Si nos situamos en su entrada actual y miramos hacia la izquierda, podríamos ubicarnos virtualmente en lo que fue el acceso primitivo. Al acceder a su interior por dicha boca (de un modo figurado) llegaríamos vestíbulo, el cual se encuentra parcialmente colmatado por desprendimientos y coladas estalagmíticas. Adentrándonos en sus entrañas nos encontraremos con galerías de proporciones considerables que zigzagean hasta reducirse en su tramo final. Habremos recorrido un total de 300 metros aproximadamente.

Como veremos a continuación más en detalle, nos encontramos ante una cueva con evidencias que abarcan desde los periodos Magdaleniense Inferior y Medio (17.000-14.000 años) hasta la época Altomedieval (siglos VIII-X), pasando por la Edad del Bronce (3.500 años) y por épocas visigodas (siglo VII).

Destacar por último, que el Museo Altamira presentó una monografía sobre el increíble trabajo de investigación de Echegaray y Freeman que tituló "Excavando la cueva de El Juyo. Un santuario de hace 14.000 años", que podéis encontrar adjunto en el artículo. ¿Alguien da más?

Agradecimientos: GAEM Arqueólogos

Regio Cantabrorum 

martes, 16 de febrero de 2021

Poblado ibérico de Els Castellans - Cretas y Calaceite


El poblado ibérico de Els Castellans, entre las localidades turolenses de Cretas y Calaceite (la divisoria atraviesa el enclave), se va a incorporar plenamente a la Ruta de los Iberos en el Bajo Aragón. Un equipo de arqueólogos dirigido por Salvador Melguizo y José Antonio Benavente ha excavado lo que quedaba sin estudiar del yacimiento y ha consolidado las estructuras y muros que han llegado a nuestros días.

«El yacimiento se conoce desde finales del siglo XIX y fue excavado a principios de los años 20 del siglo pasado por Pedro Bosch Gimpera y Lorenzo Pérez Temprado -—relata Benavente-. Los materiales arqueológicos que aparecieron entonces fueron escasos y en su mayor parte se conservan hoy en el Museo de Barcelona».

lunes, 15 de febrero de 2021

Camino de las Yeseras - San Fernando de Henares


El trabajo ofrece una primera aproximación al Yacimiento Calcolítico de Camino de Las Yeseras donde se ha documentado una ocupación a lo largo del III milenio que, en el tránsito al II milenio AC, acoge a grupos poseedores de cerámica campaniforme que renuevan los equipos materiales con la explotación de nuevos recursos líticos, adaptan su cabaña a una mejor movilidad y practican rituales funerarios diversificados dentro del poblado. 

El marco temporal se avala con una importante secuencia de dataciones de C14 y TL, plenamente coincidentes.  

Trabajos de Prehistoria 

domingo, 7 de febrero de 2021

Poblado ibérico de La Monravana - Liria


La Monravana (en valenciano la Mont-ravana) es un poblado ibérico situado a unos 10 km al noroeste de Liria (Valencia, España). Corresponde al tipo de pueblos que configuran las segunda categoría de poblamientos edetanos, con base económica agropecuaria y funcionando como fuentes de aprovisionamiento de la capital.

Tiene una superficie de entre 6000 y 8000 m² y conserva todo el recinto amurallado. Este está construido siguiendo uno de los modelos más sencillos que utilizaban los íberos: constituye, al mismo tiempo que muralla, el muro posterior de las viviendas. En el interior, las viviendas están adosadas entre sí y abiertas a calles que recorren el asentamiento longitudinalmente.

Las paredes de adobe estaban construidas sobre zócalos de piedra, y ambos encalados y pintados de rojo y blanco. Los suelos estaban apisonados o enlosados. En las casas del sector sur, adosadas a la muralla, se aprecian claramente dos estancias diferenciadas. También adosadas a la muralla se encontraron cinco largas dependencias, probablemente un complejo industrial destinado a la transformación de alimentos, con zonas de molienda, lagares y áreas de prensado. Estos últimos espacios se entienden como anexos del sector doméstico.

Las primeras excavaciones las llevó a cabo del Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación de Valencia en 1958, centradas en el extremo norte del poblado. Entre 1978 y 1983 un equipo de la Universidad de Valencia limpió todo el perímetro de la muralla y prosiguió las excavaciones en el poblado, que han continuado de forma inconstante hasta la actualidad. Se han recuperado materiales desde su aparición en el siglo V a. C. hasta su destrucción y abandono a mediados del siglo II a. C. Los principales hallazgos incluyen cerámica ibérica similar a la recuperada en Edeta (Tosal de San Miguel), así como cerámica griega de figuras rojas y algunos textos escritos,​ aunque destaca la figura de un toro, que es la única muestra de escultura ibérica que se ha encontrado en el Campo de Turia.

En la ladera sur, a unos 53 metros al sudeste de la muralla, se hallaron dos tumbas aisladas en hoyo, con urnas de incineración. Ambas estaban acompañadas de su correspondiente tapadera y muestran decoración geométrica Wikipedia pintada.

viernes, 5 de febrero de 2021

Asentamiento fenicio de Sa Caleta


El yacimiento fenicio de Sa Caleta se encuentra en una pequeña península entre la playa des Codolar y el monte des Jondal, es decir, en la costa sur de la isla. En el lado de Levante, la desembocadura de un torrente define un pequeño puerto o embarcadero que está relativamente protegido de los vientos del norte y del oeste.

Este embarcadero, que los fenicios ya utilizaban, todavía está en uso. Sa Caleta es un establecimiento de carácter urbano y su gran envergadura puede compararse a otros poblados similares del sur de la península Ibérica. El origen del establecimiento se remonta a finales del siglo VIII a.C., aunque es posible que en un principio Sa Caleta fuese una especie de base provisional y estacionaria, tanto para prospecciones económicas y geográficas en las mismas Pitiusas (Ibiza y Formentera), como para los intercambios que desde el sur de la península Ibérica se realizaban con las costas del este y el noroeste peninsular, incluso con el Mediterráneo central. En torno al año 600 a.C., el asentamiento fue completamente abandonado. Según el registro arqueológico, el abandono fue llevado a cabo de una forma planificada y pacífica y, en concordancia con los datos arqueológicos, sería posible que el numeroso contingente humano de Sa Caleta se trasladara a la bahía de Ibiza y que, a partir de este momento, surgiese la ciudad que ha perdurado hasta la actualidad. La organización urbana de Sa Caleta en conjunto obedece a un sistema basado en la yuxtaposición de estancias, desordenadas en lo que se refiere a la orientación entre ellas mismas y con los puntos cardinales. Entre las diferentes unidades quedaban espacios de paso, a modo de callejuelas y también espacios o placitas no demasiado grandes, que podemos calificar como comunales.

También encontramos dos hornos de planta circular, de unos 2 m. de diámetro, que se situaban en los lugares comunales. En su mayoría, las estancias tenían hogares de carácter doméstico y, además, otros puntos donde se improvisaban fuegos para el fundido de la galena argentífera. El tratamiento de este mineral era algo generalizado entre los ocupantes del establecimiento de Sa Caleta, mientras que otras industrias metalúrgicas eran objeto de una mayor especialización, como fue el caso del hierro y del bronce. Por otro lado, hay indicios de que los fenicios de Sa Caleta tenían una actividad agrícola y ganadera, al igual que de pesca, juntamente con la recogida de mariscos y crustáceos. Otro factor económico muy importante fue la explotación de la sal.

El yacimiento fenicio de Sa Caleta fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999.

Ibiza Travel

jueves, 4 de febrero de 2021

Poblado del Cerro De la Cruz - Almedinilla



Declarado Bien de Interés Cultural, es uno de los pocos poblados de Baja Época Ibérica (siglos II-III a. C.) excavados en Andalucía.

Nos habla de la sociedad, de la economía y del medioambiente de entonces. Muestra el urbanismo de la época, distinguiéndose las estancias según el uso que tuvieran: almacenes o talleres de artesanos presentando lugares de hábitat y de trabajo (molinos de harina, aljibes, almacenes de ánforas, pesas de telar, etc.).

Las construcciones poseen un zócalo de piedra y un alzado de ladrillos de adobes o tapial, conservándose en algunos casos la impronta de la ventana, la puerta o los agujeros de los postes que sustentaban el segundo piso de estos edificios.

Debido a que fue arrasado por completo con la llegada del Imperio Romano, para que al visitante le sea más fácil imaginarse cómo era el Poblado Íbero de Almedinilla, se han reconstruido casas de la época y un horno de cerámica típico de esta cultura, con la decoración y utensilios que se podían hallar entonces.

La duración de la visita guiada al Poblado Íbero "Cerro de la Cruz" es aproximadamente de 1 hora.

martes, 2 de febrero de 2021

Necrópolis megalítica de la Planilla - Ronda


La Necrópolis Megalítica de la Planilla, en Ronda se corresponde con una importante área funeraria de la Edad del Bronce, perteneciente al fenómeno megalítico.

Se localiza en un cerro amesetado entre el río Guadalevín y el arroyo Culebras, concretamente en una zona aplanada que se sitúa cercana al núcleo de Ronda.

El fenómeno megalítico está ampliamente constatado la zona de Ronda documentándose ya desde la Edad del Cobre una gran concentración de sepulturas megalíticas, conocidas desde antiguo, que reflejan la concentración de población en la zona.

La escasez de yacimientos adscribibles al Bronce Pleno y Final en el área de Ronda contrasta con el considerable número de asentamientos y necrópolis de la Edad del Cobre presentes en la zona, lo cual hace de la necrópolis megalítica de la Planilla un referente para la lectura de la continuidad del asentamiento en el área rondeña. Con un cierto paralelismo a este yacimiento encontramos las necrópolis de Los Gigantes y Montecorto, también en la comarca de Ronda. Estos sepulcros serían los primeros en recibir la influencia megalítica procedente de Portugal vía el Bajo Guadalquivir.

Este yacimiento fue declarado Bien de Interés Cultural el 10 de junio de 2008, con la categoría de Zona Arqueológica.

Sólo se han podido localizar con exactitud y estudiar cuatro tumbas que formarían parte de dicho espacio funerario correspondiente a la Edad del Bronce, aunque se observan en superficie restos de otros enterramientos.

El denominado sepulcro número 1 presenta cinco losas de cubierta a partir de la entrada del corredor, faltando las restantes hasta la cabecera. Todas éstas se encuentran desplazadas e inclinadas hacia el lateral izquierdo de la tumba, razón por la que en dicho lateral no se aprecian los ortostatos que lo componen, mientras que en el lado derecho sólo se observa el primer ortostato de entrada. Con el objeto de servir de contrafuerte de sustentación, se conserva en la zona exterior de la cabecera un relleno de piedras.

La tumba número 2 se sitúa al noroeste del primer sepulcro. Superficialmente se observa in situ un par de ortostatos dispuestos de forma paralela, con un metro de separación entre ellos, mientras que hay restos de lajas esparcidas sobre el terreno. No se puede descartar la posibilidad de que se trate de una cista.

El sepulcro tercero presenta la misma orientación que el primero, N-40°-E. El enclave en el que se ubica ha sido tradicionalmente utilizado como lugar de amontonamiento de piedras del terreno circundante, lo cual impide una apreciación detallada de los elementos constructivos de la tumba en superficie. Aún así se observa la presencia de una laja de cubierta de similares dimensiones al primer sepulcro.

El último enterramiento, número 4, también se emplaza en una zona de majanos de piedra, pero a pesar de ello se advierten parte de sus elementos. Su orientación es N-315°-E, observando una longitud máxima de 9,5 metros y 3,9 de anchura máxima. En el lateral derecho aparecen alineados seis ortostatos de dimensiones aproximadas en torno a un metro de longitud y 0,20 metros de grosor, mientras que en el lateral izquierdo no se aprecian claramente los ortostatos que lo componen a causa del amontonamiento de piedras antes citado. Por otro lado, en el sector próximo a la cabecera se conservan dos losas de la cubierta de grandes dimensiones.

En líneas generales esta necrópolis se adscribe al mundo megalítico que se desarrolla en concreto en la comarca de Ronda desde el período calcolítico antiguo hasta la Edad del Bronce. La relación con otras necrópolis de la zona es patente, encontrándose inmersas en el mismo fenómeno e influencias provenientes del oeste. También se puede poner en relación con hallazgos localizados en el casco histórico de Ronda, que permitirán relacionar áreas de asentamientos con espacios funerarios.

Este artículo incorpora material del Decreto 388/2008, de 10 de junio, por el que se inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz en el Bien de Interés Cultural, con la tipología de Zona Arqueológica, denominación Necrópolis Megalítica de la Planilla, en Ronda

Málagapedia 

Poblado íbero amurallado del Tos Pelat - Valencia


En la cima de un cerro ganado por el olor a albahaca, se encuentra una ciudad que tiene más de 2.000 años. Unas tres hectáreas de emoción arqueológica -gran parte abierta al público- en el que es el único yacimiento ibérico urbano de los siglos V y IV a.C en Valencia. 

Los paneles explicativos ayudan al turista a introducirse aún más en la urbe: murallas de piedra y barro de más de 1 metro de grosor y 2 de alto con torres adosadas; viviendas de roca y arcilla, llenas de cuartos que se comunican los unos con los otros (vestíbulo, cocina, almacenes, despensa, hogar…), y  una calle con sus respectivas vías de comunicación. 

Mientras repasa la información adquirida, casi podrá ver cómo se le cruzan los íberos; algunos atareados con pinturas murales, otros paseando a sus perros o comerciando con griegos y fenicios para intercambiar sus cacharros de cerámica bicolor por algún ánfora negra con dibujos clásicos. También el turista querrá llevarse alguna como souvenir de este yacimiento, bien de interés cultural.

Guía Repsol 

lunes, 1 de febrero de 2021

La Font de la Canya - Avinyonet del Panadés


El yacimiento de la Font de la Canya se encuentra en Avinyonet del Penedès, en medio del campo, junto a las Cavas Gramanosa y la Iglesia de Sant Pere d’Avinyó.

Se tiene constancia de que los primeros indicios de ocupación se remontan al año 650 a.C. Se cree que, ya en esa época era zona de viñedos y se especula que ya se consumía vino fenicio y esa es la razón por la que se conservan lugares de almacenaje de la producción agrícola. 

También se han encontrado cerámicas fenicias y etruscas y piezas de bronce que pueden proceder del centro de Europa

El yacimiento fué descubierto en 1997 por el arqueólogo local Xavier Esteve, cuando se niveló el terreno para plantar viñas. En 1998 y 1999 se realizaron investigaciones de urgencia por el Servicio de arqueología de la Generalitat y la Universidad de Barcelona.

El año 2000 los trabajos quedan a cargo de la Generalitat y así continúan en la actualidad

Ruta dels Ibers