lunes, 26 de septiembre de 2022

Enclave rupestre de Jara I y II

 


Enclave rupestre de Jara I y II, un paseo por diferentes momentos de nuestro pasado.

Descubiertas por el espeleólogo alemán Lothar Bergmann en 1992, las dos cavidades se encuentran en la Sierra de la Plata, en el Parque Natural del Estrecho, Tarifa

El conjunto rupestre de Jara I y Jara II está formado por dos cavidades, ubicadas en plena Sierra de la Plata, formando parte del Parque Natural del Estrecho, termino municipal de Tarifa. Fueron descubiertas por el espeleólogo alemán Lothar Bergmann en 1992, que localizó en las dos cavidades diversos motivos pictóricos, pero el motivo paleolítico del prótomo de cérvido en La Jara I solo pudo ser visualizado diez años más tarde gracias a los nuevos programas de tratamiento digital.

Estas dos cavidades se encuentras situadas en una cresta rocosa de las muchas que cruzan longitudinalmente la Sierra de la Plata y el acceso a ambas es muy complicado, siendo imprescindible la utilización de equipo de escalada. De ahí la buena conservación con que cuentan los motivos pictóricos representados.

Este enclave rupestre situado en el extremo sur peninsular cuenta con grafías de diferentes cronologías con representaciones paleolíticas y postpaleolíticas. De este último grupo hay que destacar que no solo se localizan pinturas esquemáticas situadas en una secuencia final de nuestra prehistoria, sino que también existen varios motivos que por su estilo y tipología posiblemente se enmarquen en un momento de la transición al neolítico o en este mismo periodo.

Estas dos cavidades, en su contexto geológico, se diferencian por su amplitud y profundidad del modelo típico de enclaves rupestres del extremo sur peninsular. Aunque no lleguen a estar catalogadas como cuevas propiamente dichas, cuentan con una profundidad considerable, superior en ambas a los 7 u 8 metros, dando así una protección superior ante los elementos medioambientales a la de los simples abrigos repartidos por el resto del extremo sur. Es posible que estas dos cavidades pudieran ser más accesibles en el pasado desde alguna de las cornisas que en la actualidad están parcialmente erosionadas, siendo imposible hoy utilizar dichos pasos.

La proximidad con varias de las cavidades que cuentan con representaciones pictóricas de cronología paleolítica hace destacar la zona de la sierra de la Plata como un punto importante en la provincia de Cádiz por su desarrollo por el hombre en este periodo paleolítico.

Destaca como baluarte de las representaciones rupestres la cueva del Vencejo Moro con sus grabados de équidos, la cueva de Atlanterra, donde se localizan varios motivos pintados, destacando varios prótomos de cierva y équido, para terminar en el abrigo de Realillo, donde nuestros antepasados plasmaron en la roca arenisca un équido que en la actualidad solo conserva su parte superior. Es evidente la importancia de la zona del Parque Natural del Estrecho por contar con este maravilloso patrimonio rupestre, en un espacio muy reducido.

Empezamos con una breve descripción de cada una de las cavidades, Jara I y Jara II, para darlas a conocer y, dentro de lo posible, aproximarnos a las diferencias cronológicas de las grafías que nuestros antepasados, en diferentes periodos continuos dejaron plasmadas, con la intención o no, de que perdurasen en el tiempo para ser vistas por generaciones futuras.

La primera de las cavidades es la que se sitúa más alta en el farallón rocoso. Jara I cuenta con una gran boca de acceso, orientada hacia el noroeste. Toda su planta es muy inclinada y cuenta con grafías repartidas por casi todas las paredes interiores e, incluso, algunos motivos en zonas del techo. El ancho máximo en el interior es de aproximadamente 12,5 metros y tiene una altura en su punto máximo de 2,5 metros. Las paredes rocosas que dan soporte a los motivos cuentan con un nivel medio de conservación, aunque en esta ocasión no sufre erosión por abrasión producida por el viento, sí están afectadas por microorganismos y manchas de humedad continuas que han matizado partes del soporte. La composición gráfica que se observa en esta cavidad de Jara I recorre posiblemente varias de las etapas de la evolución del hombre desde el paleolítico superior hasta la edad del hierro, etapa final de la prehistoria.

Como referente de esta cavidad y descubierto por Lothar Bergmann destaca el prótomo de cérvido (motivo 1). Actualmente está en estudio, pues posiblemente además de representar la cabeza de un cérvido, puede contener partes de otro animal, situándose esta figura en el paleolítico superior en su etapa final o magdaleniense. Esta cavidad de Jara I cuenta con varios motivos y trazos sueltos, manchas y puntos, posiblemente de cronología anterior, destacando los trazos que conformarían un posible prótomo de cérvido muy mal conservado, con estilo y dimensiones diferentes al conocido.

Además, existen manchas de pigmentos y trazos gruesos repartidos por diferentes puntos de la cavidad, que comparándolos con los últimos estudios y dataciones llevados a cabo por el equipo de First art, encabezados por Hipólito Collado Giraldo, (en el cual hemos podido colaborar) podríamos estar hablando de una similitud muy cercana, siendo la comparación estilístico-cronológica muy similar. Ello abre las puertas para futuras investigaciones en este enclave.

Los motivos en zigzag están representados en dos puntos diferentes de la cavidad. A la derecha, junto al motivo figurativo del prótomo de cérvido, y en la zona izquierda, donde estos dibujos podrían estar relacionados en el tiempo con el prótomo de cérvido. También se representan en la etapa postpaleolítica esquemática y se encuentran pintados en diferentes enclaves del extremo sur peninsular, al igual que en el resto de la península y relacionados directamente con el arte esquemático.

Los últimos motivos que se localizan en esta cavidad son de tipología esquemática, principalmente antropomorfos del tipo ancoriforme, que se encuentran agrupados varios en un panel principal y otros en solitario. El estado de conservación de estos motivos es pésimo, estando afectados por líquenes que prácticamente recubren la zona del panel.

A escasos cinco metros a la derecha y justo por debajo se abre también hacia el noroeste la segunda cavidad del enclave, la denominada Jara II. Al igual que Jara I, cuenta con una boca de acceso muy amplia, de casi siete metros, y con una diferencia en la altura de paso, siendo necesario entrar agachados, pues no llega a los 1,15 metros. En su interior tenemos una altura máxima de 2,20 metros, aproximadamente. El suelo de esta cavidad de Jara II está formado por un plano inclinado, con bastante pendiente, siendo incluso complicado estar de pie. Esta cavidad es de dimensiones similares a Jara I, sus paredes y techo sufren en zonas filtraciones de agua, provocando machas de calcita que cubren la zona afectada, ocultando en algunas zonas las representaciones pictóricas.

En este caso algunas de las grafías aquí representadas son atípicas de la zona. Las cronológicamente más antiguas, en este caso al igual que Jara I, presentan trazos gruesos, manchas y algunas puntuaciones, que en este caso serían los restos de grafías más antiguos la cavidad. Existe un motivo reticulado (motivo 2) que se localiza en la zona derecha, en una cornisa que sobresale del techo de aproximadamente 1,5 metros, en la cual se encuentra representada una figura reticulada. Esta destaca por su gran dimensión, aproximadamente un metro por 30 cm de alto, y formada por trazos horizontales casi paralelos que a su vez son cruzados transversalmente por trazos verticales, formado una malla pintada. Este gran motivo es casi inapreciable in situ, siendo necesario la aplicación de software del tipo Dstretch para poder ser visto. Por comparativa, este motivo podría también estar situado en un periodo cronológico paleolítico superior.

Los siguientes motivos que se localizan en la parte derecha de la cavidad son tres figuras antropomorfas muy estilizadas, (motivo 3) donde se pueden ver en cada una de ellas que fueron representadas con tocados en la cabeza y grandes faldones. Posiblemente se trate de figuras femeninas, muy similares a las denominadas pinturas levantinas. Sobre estos motivos, si hablamos crono-estilísticamente y los comparamos con el arte levantino, según algunos autores los situaríamos en un periodo mesolítico o neolítico.

Estas figuras tienen tendencia naturalista y están realizadas mediante técnica de silueteado y relleno con pintura de manera uniforme: es la conocida como como técnica de tinta plana (aplicación homogénea de color). En el lado opuesto a la izquierda se localizan también dos figuras (motivo 4), en este caso con un estado pésimo de conservación por pérdida de pigmento en la parte inferior. En esta pareja de antropomorfos de estilo naturalista, tras ser tratada la imagen con el software Dstretch y al igual que los motivos anteriores, se aprecia el tocado de la cabeza y el arranque del faldón, por lo cual estas figuras posiblemente femeninas también estarían en el mismo periodo cronológico.

Siguiendo cronológicamente la descripción de los motivos que se localizan en esta cavidad de Jara II, pasamos ya al arte prehistórico más conocido en la provincia de Cádiz, que en este caso sería el arte postpaleolítico esquemático. Destaca un panel situado próximo al motivo 4, en su parte derecha, en el cual se observan varias figuras esquemáticas, donde posiblemente se represente una escena de caza, pues se ven varios antropomorfos y mezclados varios zoomorfos cérvidos, además de trazos a modo de un posible cercado. Cerca de este panel en su parte izquierda se localiza a un metro aproximadamente un zoomorfo cérvido esquematizado. Ya terminado con los motivos figurativos, en la zona central de la cavidad en el techo y aprovechando una pequeña oquedad, se representó un signo ovalado cruzado por un trazo vertical y otro horizontal. Próximo a este último motivo indefinido se localizan cuatro trazos gruesos paralelos entre sí, de un color de pigmento rojo intenso que destaca en esa parte de la pared.

La importancia de este enclave por el valor pictórico que en sus dos cavidades se encuentra hace necesario que se realicen trabajos de investigación para su catalogación y, si es posible, datación de sus grafías. El dar a conocer su potencial pictórico hace posible acercar el patrimonio prehistórico que en el extremo sur peninsular tenemos, posicionándonos como una de las zonas más privilegiadas de la península ibérica por el número de enclaves. En este caso, la protección del enclave es natural, pues su acceso es prácticamente imposible, si no se cuenta con profesionales de la escalada para poder acceder.

Europa Sur

Abrigo de la Malla - Tamajón


Descubren en Tamajón un yacimiento del paleolítico superior

Un equipo de investigadores trabaja en el lugar conocido como el Abrigo de La Malia en un yacimiento en el que se han producido hallazgos del Paleolítico Superior, y también de la Edad del Cobre y del Bronce. El lugar se ha presentado a la población en una exitosa Jornada de Puertas abiertas a la que acudieron 120 personas.

Un equipo de arqueólogos y paleontólogos coordinados desde el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), dirigido por Adrián Pablos y Nohemi Sala, está llevando a cabo en los últimos días de agosto y primeros del mes de septiembre nuevas prospecciones y excavaciones arqueológicas en Tamajón, en esta ocasión en un paraje conocido como Abrigo de La Malia. El proyecto está adscrito al CENIEH, pero cuenta con la colaboración de la Universidad de Sevilla, la Universidad de Alcalá, la Universidad del País Vasco, institut català de Paleoecologia Humana y Evolució social (IPHES), la Universidad de Oviedo, y  del Ayuntamiento de Tamajón; y con la co-financiación de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, el CENIEH y el propio ayuntamiento agallonero.

Con este nuevo proyecto, el equipo de investigadores le da continuidad al estudio arqueológico emprendido en los años 90 en el área de la Cueva de los Torrejones, y a las posteriores y exitosas excavaciones practicadas en los años 2017 y 2018 en ese mismo escenario. “Nos hallamos en un lugar con mucho potencial”, valora Adrián Pablos. 

El equipo terminó la interpretación de la Cueva de Los Torrejones y publicó los resultados, de gran valor científico, en 2020 y 2021, cerrando el yacimiento. Sin embargo, fue llevando a cabo tareas de prospección en las inmediaciones de la Cueva de los Torrejones, buscando depósitos, rellenos, cuevas o abrigos, cuando los investigadores dieron con este nuevo yacimiento, que ahora se está excavando.  Allí, en este Abrigo de la Malia, han hallado evidencias que demuestran su ocupación por los primeros representantes de nuestra especie, Homo sapiens,  en el Paleolítico Superior. 

Así, en el proyecto ahora mismo en marcha, los arqueólogos están excavando fases del Paleolítico Superior, en busca de fósiles y actividad de Homo sapiens, pero también, en una segunda zona, han encontrado elementos de la Prehistoria reciente (Calcolítico o Edad del cobre y Edad del Bronce). 

En la primera parte de la excavación, se ha acreditado que Homo sapiens ocupó y habitó el abrigo, puesto que han aparecido herramientas líticas: cuchillos y otros utensilios, como una azagalla, huesos de animales de los que se alimentaron, como caballos, ciervos, algún bóvido, tipo uro, y pequeñas presas, como conejos o corzos. “Tenemos la esperanza de encontrar restos del propio Homo sapiens”, señala Pablos sobre esta parte de la excavación. 

En la segunda zona de la excavación ha aparecido, como uno de los hallazgos más significativos, un botón de marfil de elefante que los humanos utilizaban como ornamento. 

La excavación se lleva a cabo con fondos públicos, y, por lo tanto, “hemos querido mostrársela al público interesado en una jornada de puertas abiertas”, comenta Sala. La jornada despertó un gran interés entre la población local, e incluso visitantes de la comarca. Acudieron más de un centenar de personas. En ella se les hizo una demostración de industria lítica, así como una visita guiada por los dos ámbitos de la excavación. 

Uno de los visitantes fue el alcalde Tamajón, Eugenio Esteban. “Una vez más agradecemos la labor que los arqueólogos están llevando a cabo en Tamajón, y por supuesto, su esfuerzo por divulgarla. Como institución pública, el Ayuntamiento de Tamajón continuará apoyando los trabajos de investigación que se llevan a cabo, en colaboración con el resto de instituciones públicas, y en la medida de los posible, abogaremos por subrayarlas en nuestro CIPAT”, afirma Esteban.

viernes, 23 de septiembre de 2022

Castro de Santa María de Huerta - Zaragoza


Desde Santa María de Huerta se coge una pista que pasa por debajo la A2, para girar a la derecha y coger una pista en dirección Zaragoza, paralela a la A2, hasta la linde entre Soria y Zaragoza, a pie siguiendo la linde que remonta la pendiente izquierda de la carretera se llega al yacimiento celtibérico.

El yacimiento se sitúa en un cerro de irregular topografía, en la linde de la provincia de Soria y Zaragoza, a la altura del kilómetro 182 de la antigua N-II, dominando la vega del Jalón en dirección a Arcobriga (Monreal de Ariza) y por su fachada norte la cañada que viene desde Almaluez. Es un enclave estratégico, fundamentalmente destinado al control de un amplio territorio.

Fue excavado y descrito por Aguilera y Gamboa, Marqués de Cerralbo, en 1909, al que denominó “castro ciclópeo”. Posteriormente revisa esta yacimiento Taracena, en su carta Arqueológica de la provincia de Soria (1941) y finalmente fue objeto de atención de Marian Arlegui, en la publicación sobre “El Jalón, vía de comunicación” (1990).

Por debajo de la fortificación celtibérica, el Marqués de Cerralbo halló restos ((punta de sílex lanceolada, una lasca de sílex con retoques, una lámina de cobre, vasos de barro tosquísimos) que cabe atribuir a época calcolítica.

Por encima de esta débil ocupación se construyó posteriormente la potente fortificación de época celtibérica, cuyos restos son visibles. 


Esta fortificación se instaló en la cota más alta del cerro, utilizando para su construcción grandes bloques de piedra, toscamente tallados, de ahí el nombre de “castro ciclópeo” que le dio su excavador.

-El recinto fortificado se diferencia un torreón o recinto fortificado de planta rectangular y paramentos verticales (22,5 m por 8,70 m), con una pequeña entrada, en la esquina del sudeste, a la que se accede mediante tres escalones.

Los muros se levantaron con grandes piedras, en algunos casos de hasta 3 m por 0´90 m de altura, que se asentaron en seco y se calzaron con piedras de menor tamaño, conservándose en algunos tramos hasta 3 m de altura.

-El fosoestá separado dos metros del lado norte del recinto fortificado y tiene 4 m de anchura, fue realizado al extraer la piedra para la construcción del torreón.

-La muralla por la vertiente norte, más desprotegida, existen restos de lo que pudo ser la muralla del poblado.

En el interior se observan muros de mampostería que deben de corresponder a viviendas de planta rectangular, así como en la vertiente oeste. En una de estas habitaciones se halló un gran fragmento de tinaja roja celtibérica pintada con círculos concéntricos de factura celtibérica. Aunque Taracena interpretó la torre como ibérica, anterior al siglo III a.C., y el recinto adosado como posterior ya de época celtibérico, de los siglos III-II a.C., creemos que todo el conjunto corresponde a este momento.


martes, 20 de septiembre de 2022

La Vispesa - Tamarite de Litera


La Vispesa es un yacimiento íbero y romano que se halla localizado en un cerro de 304 m de altitud, en el término municipal de Tamarite de Litera, de la que dista 10 kilómetros y próximo a la población de Algayón (Provincia de Huesca). 

Su origen sería en torno a la cultura ibérica ilergete, centrados en esta zona, el yacimiento conserva restos del siglo III a. C. y estaría habitado hasta el siglo II d.C. Es una zona bien comunicada, allí radica su importancia, ya que por aquí pasa muy cercana la vía romana que unía llerda-Osca (Lérida-Huesca).

Allí se encuentran restos de casas íberas de mediados del siglo III a. C. Se encontró una cisterna para almacenar agua, restos de mosaicos romanos y la Estela de la Vispesa que es un monumento conmemorativo, de época íbera (350-50 a. C.), de arenisca, el cual narra algún episodio bélico. Hoy día se encuentra en el Museo Provincial de Huesca. las partes conservadas destaca la representación en relieve de un escudo ilergete y lanza, figuras de cadáveres mutilados y un grifo en actitud de devorar uno de los fragmentos. 

El monumento es de carácter conmemorativo más que funerario y debió de erigirse en honor al dios Neitin al que alude la inscripción en alfabeto ibero.

sábado, 17 de septiembre de 2022

Piquete de la Atalaya, en Azuara


El Gobierno de Aragón aprobó el pasado día 7 de abril la declaración de Bien de Interés Cultural para cuatro conjuntos histórico-artísticos aragoneses en diversas categorías. Entre estos conjuntos se encuentra el yacimiento denominado El Piquete de la Atalaya, en Azuara, que obtiene la catalogación en la categoría de Conjunto de Interés Cultural. 

Los otros conjuntos declarados son el yacimiento del monasterio y hospital de Santa Cristina de Somport (Aísa), el acueducto subterráneo La Madre en Castejón de Monegros (Huesca), y la villa de Ansó (Huesca). 

El yacimiento se trata de un núcleo urbano ubicado en dos montículos separados por un barranco. El origen de este núcleo, del que tenemos noticia desde 1972, puede situarse a fines del siglo III o a comienzos del II de nuestra era y su máximo esplendor data de los siglos II al I antes de Cristo, momento de expansión político-económica y urbana en el que hace su aparición un barrio situado al pie de ambos cerros, con casas de planta rectangular, algunas de las cuales se encuentran en un estado relativamente bueno de conservación. 

Cabe destacar la aparición de materiales cerámicos con decoración vegetal, geométrica y zoomorfa (buitres, lobos, palomas, ciervos y una liebre) que sigue los modelos del yacimiento ibérico de Azaila. Una de las piezas más importantes es un casco de bronce del siglo I antes de Cristo 

El Periódico de Aragón

viernes, 9 de septiembre de 2022

Cabeza celtibérica de Durón - Belmonte de Gracián


En la comarca de Comunidad de Calatayud se encuentra Belmonte de Gracián; muy cerca, entre esta población y Mara, se halla Segeda, la que dicen fue capital de la etnia celtíbera de los belos. 

El yacimiento, descubierto para la ciencia por el conde de Samitier, recibe el nombre de Durón. Nuestra mención de hoy a este enclave, a cuyo santuario dedicamos ficha en los inicios de este blog en 2009, se debe a una cabeza de piedra que se encuentra en el Museo de Zaragoza, siendo una muestra más, a buen seguro, del culto a las cabezas cortadas. 

 Cabeza en arenisca procedente de la antigua colección del conde de Samitier. El tema de la cabeza humana aparece profusamente representado en todo el ámbito céltico sobre distintos soportes (incluso en el siglo I d. C. sobre cerámicas de tradición indígena). Esta presenta la parte trasera plana, y en los laterales huellas problemente de haber sido encajada en una pared. Desde el punto de vista semántico, este tipo de representaciones ha suscitado interpretaciones diversas desde un modo de expresión, hasta una figuración de cabezas-trofeo, aludiendo al rito céltico, bien documentado en las fuentes y en la plástica, del corte de cabezas de los enemigos vencidos. 

La cabeza es un símbolo, como tal, con carácter polivalente, que debe interpretarse dentro de su contexto arqueológico e iconográfico atendiendo al carácter universal, del cráneo como depositario de la esencia humana y portador de virtudes apotropáicas; además entre los celtas existía la creencia de que la cabeza era el receptáculo del alma, y se tendía a expresar la parte por el todo. Iberia Mágica