viernes, 14 de junio de 2019

Castro de Lujar - Gueñes


Situado a 540 metros de altura, en un pequeño monte, su existencia parece tener relación con la vía romana Deobriga-Flaviobriga. Se intuyen dos recintos defensivos. En su superficie se recogió un fragmento de molino y fue objeto de varios sondeos.

Fernando Fernández Palacios

Castro El Castejón - Luzaga


Situación
El castro El Castejón se encuentra sobre el cerro del mismo nombre, en el término municipal de Luzaga, provincia de Guadalajara.

Protección
Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

CastillosNet 

Castro de a Saceda - Orense

Los castros más conocidos quizás de estas tierras sean el Castro de San Millao y a muy poca distancia el Castro de A Cidá da Saceda, situado este último en una colina rocosa de 800 metros que se levanta en medio de una gran llanura formada por varios regatos que dejan caer sus aguas hacia el sur, concretamente al río Búbal. Se encuentra a menos de 500 metros de la aldea de A Saceda ((parroquia de Lucenza), a los pies de A Serra do Larouco y desde lo alto tendremos un dominio visual de toda la llanura.
El Castro da Saceda ya era conocido por los vecinos y por sus leyendas mucho antes, las primeras referencias sobre el castro las encontramos en 1953, cuando Taboada Chivite, arqueólogo de Verín, nos habla de su existencia. Entre 1982 y 1988 se sucedieron varias campañas de excavaciones llevadas a cabo por Rodríguez Colmenero (natural de Lucenza) y Covadonga Carreño Gascón.
Ya en 2015 el Castro de A Saceda fue estudiado por un equipo dirigido por Martiño Xosé Vázquez Mato y se certificó que el lugar estuvo habitado hace más de 2400 años. Esta primera ocupación estaría compuesta de estructuras de material
perecedero que sufrieron un gran incendio sobre el siglo V a.C. y por lo que parece no existen vestigios de ocupación hasta 150 o 200 años después que vuelve a ser habitado hasta los inicios de nuestra era. Recordemos que los incendios en estos yacimientos, aunque de aquella un terrible suceso, para los arqueólogos hoy
en día es es una gran fuente para sacar conclusiones.
Supuestamente todas estructuras circulares (de reducidas dimensiones comparadas con las de otros castros) y cuadrangulares encontradas datarían de esta época, siendo las primeras viviendas y las cuadrangulares almacenes y graneros.
En este momento de máxima expansión el castro alcanza unas proporciones considerables, llegando a ocupar más de 5 ha. En
esta épocas se refuerzan las defensas quedando con tres murallas al norte (el lado más suave) y una hacia el sur (el más abrupto).
Además un foso protege la parte oriental. Cabe destacar que al igual que el castro de San Millao las imponentes murallas
quedaron parcialmente al descubierto hasta la actualidad.
Es muy probable que la reocupación y gran expansión del castro de A Saceda en el siglo III a.C. se debiera a la abundancia de terrenos de cultivo que proporcionaba la llanura que se sitúa alrededor del castro, así como la cercanía de recursos mineros (estaño) y el paso natural desde el norte de Portugal hasta el centro de Ourense.
Aunque no presenta una aportación romana significativa el castro debió ser abandonado alrededor del siglo I d.C. aunque
posteriormente y durante el siglo V fue reocupado brevemente.
Durante las excavaciones se encontraron un gran número de piezas arqueológicas de las que podremos ver algunos ejemplos
en el Museo Arqueológico de Ourense. El castro da Saceda es un fantástico ejemplo digno de visitar, pues fue excavado parcialmente y puesto en valor en 2016. Por medio de una señalización podremos recorrer los elementos más significativos del castro y de todo el yacimiento.
Una prueba del conocimiento de la existencia de este y otros poblados de la comarca por los vecinos es la existencia de una leyenda en la que se cuenta que desde un castro próximo en A Serra do Larouco (A Igrexiña dos Mouros), lanzaban un martillo hasta A Cidá de Saceda para después lanzarlo hasta O Madorriño y luego hacia el Castro de San Millao.
Hay quien relaciona la leyenda con un alto relieve probablemente reutilizado situado bajo la iglesia de Vilar de Perdizes en Portugal, situado a 12 km al sur, en donde se refleja una figura antropomorfa con un gran falo y un martillo en su mano y que podría guardar relación con un antiguo dios prerromano, el dios Larouco.
En el año 2011 al castro de Borneiro fue declarado Bien de Interés Cultural con un área de protección de 734.464 m2.
No debemos olvidar el fatal incendio que asoló la zona en agosto de 2015 en Cualedro en donde se quemaron más de 3000 Ha, siendo considerado uno de los mayores incendios del siglo en Galicia y que puso en riesgo la vida de muchas personas.

Galicia Máxica

domingo, 9 de junio de 2019

Castro de la Garma - Omoño

El castro de la Garma es un yacimiento castreño cántabro situado en Omoño (Ribamontán al Monte), que forma parte de otro mucho mayor, del cual lo más destacable es la galería inferior de la cueva La Garma, que contiene evidencias arqueológicas fechadas entre el 25.000 y el 11.500 aC. Fue descubierto por el equipo de prospecciones del GAEM y estudiado desde 1996 bajo la dirección de Esteban Pereda Saiz. Data de la Edad del Hierro I y en lo que se refiere únicamente al castro, cuenta con una superficie de 2 hectáreas.

Arquitectura
El yacimiento posee una superficie terraplenada variante a lo largo del tiempo de ocupación, tanto en su forma como en tamaño.
Aún no se ha determinado el lugar que ocupaban las viviendas, si bien se ha descubierto lo que se cree que es el zócalo de una cabaña, aunque no son observables agujeros ni de una estructura de cubrición de madera ni de un hogar.​

Industria
Se han encontrado trozos de cerámica y de molinos, como es típico en la región. Además se hallaron un punzón de bronce y otras evidencias de actividades metalúrgicas en bronce y hierro; uno de los elementos de fundición encontrados está compuesto de varios metales, sobre todo del cobre y plomo, y otro, de cobre con aproximadamente un 4% de estaño.

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Castro de Kosnoaga - Guernica

El castro de Kosnoaga está localizado sobre la cumbre y laderas del monte Aixerrota en la villa de Gernika. Su posición dominante, en la ribera izquierda de la ría de Urdaibai, y
su proximidad al asentamiento romano de Forua (siglo 1-IV d. J.C.), poco más de un kilómetro, hacen de este lugar uno de los puntos más interesantes de cara no sólo a conocer las formas del poblamiento protohistórico sino a establecer la interrelación de éste con el núcleo romano.
Los resultados permiten confirmar la presencia de un asentamiento culturalmente enmarcado en la II Edad del Hierro, con un sistema defensivo caracterizado por presentar estructura alterna de muralla y foso.
Allí donde se conserva el estrato arqueológico sin alterar, interior de los fosos y zonas preservadas por la muralla, es frecuente la presencia de abundante cerámica característica
del mundo indígena local asociada a cerámica de evidente carácter celtibérico. Junto a estos materiales hemos recuperado últiles metálicos de adorno y armas que confirman la presencia de una ocupación prerromana caracterizada por una manifestación cultural local de filiación celtibérica (siglos III a. J.C. y Id. J.C.). 

Miguel Unzueta Portillo

Castillejo de Bonete - Terrinches

Castillejo del Bonete es un yacimiento arqueológico que fue utilizado durante el Calcolítico y la Edad del Bronce, localizado en España, en el municipio castellano-manchego de Terrinches, en la provincia de Ciudad Real, dentro de la comarca de Campo de Montiel.
Ha sido declarado Bien de Interés Cultural como 'Zona Arqueológica', mediante un Acuerdo del Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha, que se produjo el 16 de octubre de 2014 y se publicó en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha n.º 219 el 12 de noviembre de 2014. Nicasio Peláez, alcalde de la localidad, ha promovido su estudio, conservación y puesta en valor.
Castillejo del Bonete es un santuario solar compuesto por varios túmulos conectados entre sí mediante corredores. Otros corredores tienen forma abocinada (de embudo) y están astronómicamente orientados al solsticio de invierno. Uno de los edificios, el Recinto 4, tiene su eje longitudinal orientado al orto del solsticio de verano. Todo el complejo monumental fue edificado sobre una cueva natural que consta de varias galerías. La cueva, que ha permanecido sellada desde la Prehistoria hasta 2003 (momento de su descubrimiento), está acondicionada mediante construcciones diversas. También cuenta con arte rupestre esquemático. Tanto su interior como los túmulos exteriores fueron empleados recurrentemente durante más de mil años para enterrar personas, depositar objetos y realizar ritos de comensalidad (con comida y bebida).
Este yacimiento, con un aspecto formal similar al de las motillas del Bronce de La Mancha y edificado, como éstas, sobre un acceso a niveles subterráneos, utiliza parte de su mismo lenguaje, al monumentalizar el paisaje de las primeras sociedades complejas al inicio de la jerarquización social en el suroeste del continente europeo. El recurso a los ancestros se utilizó para comunicar y legitimar el derecho al territorio y a sus recursos, así como para dotar de un carácter sagrado a este lugar. Una estela funeraria asociada a un enterramiento depositado del interior de la cueva procede del entorno de Vianos, a unos 50 km de distancia. Este hallazgo confiere a Castillejo del Bonete la consideración de lugar ceremonial central a escala comarcal.
El hallazgo de Castillejo del Bonete, uno de los «más importantes que se han efectuado en Europa occidental en este siglo XXI», según Martín Almagro Gorbea, ha sido objeto de financiación pública a través de varios proyectos competitivos cofinanciados por el Ayuntamiento de Terrinches y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Su investigador principal ha sido el doctor Luis Benítez de Lugo Enrich, profesor del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid.

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sábado, 8 de junio de 2019

Castro de El Cincho - Cantabria

El castro de El Cincho es un yacimiento arqueológico prerromano situado junto a la localidad costera de Yuso, en el municipio de Santillana del Mar, al norte de la Comunidad Autónoma de Cantabria (España).
Se trata de un castro, también llamado oppidum : un asentamiento fortificado característico de los pueblos de cultura o influencia celta durante la edad del hierro.

Ubicación
El yacimiento arqueológico se localiza en un alto dominante de 273 m de altura que se erige frente a la costa, a 1,95 km de distancia de ésta. Se emplaza a menos de un kilómetro del histórico casco urbano de la Villa de Santillana del Mar. El topónimo que da nombre al monte (cincho), y por ende al enclave, proviene del latín cingo (proteger, cubrir, circundar, rodear, ceñir) que hace referencia al cinturón amurallado en torno a la cima. La superficie total del poblamiento supera las 6 ha.

Descubrimiento
En la primavera del año 2014, los arqueólogos Javier Marcos Martínez y Lino Mantecón Callejo descubrieron un asentamiento fortificado y un hábitat castreño en el monte costero de El Cincho. Inmediatamente comunicaron el hallazgo ante la Dirección de Cultura de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria. Este altozano posee una privilegiada situación geo-estratégica de la cuenca baja del río Besaya, con un dominio visual del territorio que alcanza más allá de los límites geográficos de la comunidad cántabra. Esta una de las razones que justifican la existencia del castro.]​

Yacimiento
En este lugar fue uno de los principales castros del pueblo prerromano de los cántabros. Este pueblo de cultura celta o celtíbera fue, junto a los astures, el último pueblo de la península ibérica que fue conquistado por el imperio romano (durante el período transcurrido del año 29 a. C. al 19 a. C., conocido como las Guerras Cántabras, Bellum Cantabricum et Asturicum). De aquel asentamiento persisten importantes vestigios arquitectónicos y múltiples objetos de cultura material. Unas ruinas que son todavía reconocibles en la cima del monte, integradas en el paisaje costero de Santillana del Mar.
Se han desarrollado varias campañas arqueológicas desde el año 2014, realizando labores de exploración del terreno, trabajos de limpieza y desbroce vegetal, varios sondeos con metodología arqueológica y otra serie de labores de sistemática científica. En este tiempo se ha logrado desvelar una estructura de muralla, cuyo trazado circunvala la cumbre de la montaña, en la que se han reconocido dos momentos constructivos. El más antiguo se corresponde con la fase de la Protohistoria, conformado por un modelo arquitectónico de muros con relleno de tierra y arcilla apisonada, junto con un probable armazón de troncos de madera, que en conjunto alcanzaba los 3,75 m. de anchura. Un sistema constructivo que las fuentes clásicas denominaban como muro gálico. La segunda fase está compuesta por una muralla con zócalo de piedra de 2,5 m. de ancho.
La investigación ha logrado localizar arqueológicamente una de las puertas del recinto fortificado de la Edad del Hierro, conformada por una entrada en pasillo entre murallas, junto con importantes trabajos de desmonte para generar un aterrazamiento. Igualmente, se ha registrado y verificado una segunda línea de muralla que refuerza el sistema defensivo del castro, localizada en el flanco más desprotegido. En este mismo sentido, los investigadores sostienen que tal vez se aprovechó la quebrada superficie del relieve del karst como sistema defensivo, al modo de los denominados campos de piedras hincadas tan usuales en las fortificaciones de las comunidades prerromanas. En este caso, estaríamos ante la primera constatación de este modelo en tierras de los cántabros. El castro de El Cincho posee otros elementos de interés: cueva situada en el interior del recinto, posible existencia de una acrópolis y un antemuro, entre otros.
Quizás nos encontremos ante uno de los enclaves más importantes de la Protohistoria de la región. Perteneció a una tribu cántabra (grupo étnico o populi que habitó la cuenca del río Besaya y fue generadora de las famosas estelas discoideas), ya que como sostienen sus investigadores el enclave arqueológico puede ser considerado un castro de castros.[4]​

Materiales arqueológicos
El Cincho ha sido ocupado en distintos momentos de la Historia de la Humanidad, desde el Paleolítico Inferior hasta la Edad Antigua. Los vestigios recuperados son de muy variada tipología: industria lítica, cerámica a mano, elementos metálicos, etc. Un notable hallazgo es un molino giratorio con clavija, del que se conservan las dos valvas pertenecientes a un descubrimiento realizado por el escultor Jesús Otero, en 1953.
Una pieza muy especial que destaca por su relevancia es la manilla de un escudo (scutum o caetra). Se trata de un conjunto de piezas machihembradas, una anilla de hierro, tachuelas de cobre con función ornamental y restos de madera adheridos; que se han identificado como un aplique para la sujeción y suspensión de las correas de un escudo (cinchas de tiracol o telamón). Por paralelos en el mundo celtibérico, se sostiene que estos objetos metálicos se relacionan con la pieza de un escudo circular celtíbero que consistía en un par de piezas gemelas de hierro con una anilla cada una, que servían para la sujeción de las correas de las que, en bandolera, llevaba el guerrero suspendido el escudo, tanto a pie, como a caballo. La cronología de este objeto se puede enmarcar entre los siglos VI a III a. C. (Segunda Edad del Hierro) según los paralelos hallados en la península ibérica.

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Castro Chao Sanmartín - Grandas de Salime

Datado desde a. del siglo IV a. C. hasta el siglo II
Situado a 6 km de Grandas de Salime. Formado por edificaciones redondas y rectangulares de esquinas redondeadas, destacan unos baños y una plaza de uso público cubierta de lajas de pizarra. Tiene una muralla y un profundo foso.

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jueves, 6 de junio de 2019

Castro de Torre Beteta - Villar del Ala


Cuenta también Villar del Ala con los restos del castro de Torre Beteta, en la ladera norte de la sierra de Carcaña, cerca de la ermita de Azapiedra, desde donde es visible la ciudad celtíbera de Numancia, a tan sólo unos kilómetros de distancia.

Guía de Soria 

Castro de Salcido - San Tirso de Abres



Tenía un perímetro amurallado con un grosor superior a los 3 metros. Sus habitantes realizaban labores extractivas y de transformación.

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miércoles, 5 de junio de 2019

Castro de La Coronilla - Chera

Chera es una pequeña entidad​ perteneciente al municipio de Prados Redondos (Guadalajara, España), cruzada por el río Gallo, afluente del Tajo en lugar arriscado y muy frondoso. En la actualidad se compone de unas cincuenta casas de las cuales unas pocas están habitadas en invierno y durante el mes de agosto se produce una ampliación de población hasta las cuatrocientas aproximadamente.
En sus alrededores se encuentran unos restos celtíberos en un paraje conocido como El Castro de la Coronilla, una colina que en su parte superior tiene restos de tumbas prehistóricas.

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Castro de El Castello - Tapia de Casariego


Situado en Campos y Salave.

El Castelo de El Esteiro
Castro de El Castelo o El Esteiro. El Castelo de Calambre o de El Esteiro, concejo de Tapia de Casariego,  pertenece al grupo de yacimientos denominados genéricamente como “castros marítimos”. Se alza al oeste de la playa de La Paloma delimitado por un extenso conjunto de fortificaciones con varios fosos, parapetos y muralla.
José Antonio Labandera Campoamor realizó excavaciones en el recinto entre 1969 y 1970 cuyos resultados dio a conocer en diversos artículos. Se descubrieron entonces varias casas y una cabaña circular. Años más tarde, en 1995, Elías Carrocera Fernández amplió el área hasta entonces excavada si bien estos trabajos permanecen inéditos.

Castros de Asturias

Castro de Berreaga - Vizcaya

Está situado en el monte que separa Munguía y Zamudio.
Desde Artxanda, mirando hacia el aeropuerto de Loiu, se distingue una pequeña cadena montañosa que cierra el valle del Txorierri y lo separa de Mungia. Una de las cimas, de poco más de 360 metros de altitud, el monte Berreaga, se diferencia por su escarpada ladera. Allí se han encontrado huellas de la ocupación humana desde la Edad de Hierro, entre el siglo III y el I antes de Cristo, y la mejor colección de estelas funerarias de ese período halladas en Bizkaia. Este mismo mes, un grupo de arqueólogos ha iniciado una intervención en el denominado castro de Berreaga, que deberá determinar si toda la superficie afectada debe contar con protección como bien cultural.
Los estudios anteriores hallaron restos de 150 esculturas funerarias
Las primeras referencias históricas sobre el enclave datan del siglo XVII
Los arqueólogos trabajan sobre una superficie de unas nueve hectáreas, repartidas en los términos municipales de Zamudio, Mungia y Gamiz-Fika, para aclarar dudas sobre los límites del recinto fortificado y cerrar el expediente administrativo de protección.
Las primeras referencias del enclave datan del siglo XVII. Esos documentos históricos ya citan la existencia de lápidas y sepulturas, aunque sin determinar si son de la época medieval o anteriores. Las excavaciones comenzaron a finales de los años ochenta; posteriormente, hubo otras intervenciones, que finalmente se abandonaron en 1994. Los arqueólogos que trabajan para la Dirección de Patrimonio Cultural iniciaron hace un par de semanas una exploración sistemática del castro y tendrán finalizada la excavación antes de finales de noviembre.
Berreaga se encuadra en la treintena de castros de la Edad de Hierro que se han localizado en el País Vasco, como el de Arrola, en Nabarniz, o el de Malmasin, en Arrigorriaga. “Con los datos que tenemos podemos datar el castro de Berreaga entre los siglos II y I antes de Cristo”, explica el arqueólogo de Patrimonio Cultural Armando Llamosas.
Las actuaciones arqueológicas en Berreaga han sacado a la luz restos de murallas y foso, del poblamiento y la necrópolis. Como resultaba habitual en la época, la necrópolis se encontraba cercana al poblado, en el camino de acceso. Las roturaciones en esa zona del monte no han impedido recuperar 150 piezas, entre estelas y fragmentos de ellas. Su decoración es muy característica: dos líneas incisas se cruzan formando un motivo cruciforme. Los enterramientos se realizaban tras la incineración en un pequeño receptáculo cubierto por un túmulo sobre el que se colocaban las estelas.
El resto de los materiales rescatados en Berreaga son pobres, apenas fragmentos que nunca llegarán a un museo, pero muy explícitos para determinar la edad del asentamiento. La cerámica celtibérica convivió con las técnicas locales de menor calidad, pero hasta los pobladores de Berreaga también llegó la terra sigillata de los romanos.

(Ondare Babesa)