sábado, 30 de mayo de 2020

Tossal de la Vila - Castellón

El Tossal de la Vila es un yacimiento ubicado a 950 metros sobre el nivel del mar, al oeste del núcleo urbano de Sierra Engarcerán. Presenta en la cima los restos muy visibles de un recinto amurallado que, a lo largo de su trazado, presenta diversos indicios de estructuras de tipo torre, bastión u otras adosadas.
El interior del recinto se halla prácticamente libre se sedimentos excepto en diversos puntos donde la estratificación se apoya o bien en el recinto defensivo o en otras estructuras dispuestas a lo largo del perímetro del asentamiento...
En la Zona 1 los trabajos realizados han permitido documentar dos horizontes cronológicos de ocupación separados por más de un milenio.
Horizonte protohistórico: se ha documentado un hábitat relacionado con una actividad doméstica alrededor de una estructura de combustión (hogar), con el último nivel de uso de la misma y el posterior abandono y amortización. Provisionalmente se le otorga cronología de entre los siglos VIII i VII antes de Cristo.
Horizonte Altomedieval. Se han documentado de este período las estructuras de hábitat más potentes y que configuran la topografía actual de los restos conservados; se han podido reconocer dos ambientes o estancias posiblemente asociadas a actividades ganaderas, dada la ausencia de restos de actividad doméstica. Cronológicamente estamos hablando de grupos poblacionales de época islámica de las sierras y corredores del mediodía de la provincia de Castellón en momentos anteriores al siglo XII.
La Zona 2 de ha definido como el espacio de las estructuras que conforman el recinto amurallado. Se ha realizado en esta campaña una primera aproximación a la su documentación, tratando de delimitar sus características morfológicas. El tramo de pared limpiado es aquel que se recuesta a la zona excavada de la zona 1, documentando en planta una pared de muralla con los restos de lo que podría ser una torre.
A nivel de hallazgos destacamos la documentación de un ambiente doméstico protohistórico centralizado por un hogar con los restos de su último uso, destacando entre sus artefactos la presencia de vasos cerámicos en muy buen estado de conservación y fragmentos de herramientas de hierro que podrían asociarse con un cuchillo.
Las estructuras documentadas para el horizonte andalusí forman parte de un hábitat central, a priori, en la ocupación para actividades ganaderas, con un uso del espacio reducido a las áreas periféricas del Tossal, salvaguardadas por las estructuras que conforman el recinto, dejando el espacio central del Tossal para otros usos”.

Geocaching

Ceca Laiesken

Laiesken fue una ceca que perteneció a los layetanos, pueblo ibérico situado al noreste de la actual Cataluña. Es imposible precisar con exactitud su emplazamiento concreto, dado que no hay evidencias arqueológicas que permitan relacionar la ceca de Laiesken con ningún yacimiento conocido . Tan sólo puede decirse que son monedas acuñadas en un lugar indeterminado entre Barcelona y Manresa, al norte del río Llobregat, territorio que sería dominado por los layetanos.
Durante mucho tiempo, debido a la obra Inscripciones romanas inéditas de Barcelona, realizada en 1876 por el padre Fidel Fita Colomé, se creyó que la ceca pertenecía a la ciudad de Laie. Esta afirmación se hizo sobre la base de dos inscripciones: Anniae Laietanae (hallada en una lápida descubierta en Barcelona) y Praefecto Orae maritimae Laietanae. Salvador Sanpere i Miquel, corroboró esta tesis y aceptó la existencia de la ciudad, identificándola con Barcino, de tal modo que Laie sería la ciudad primitiva y Barcino la factoría comercial fundada a posteriori.
Sin embargo, hoy en día estas tesis están superadas, ya que no hay nada que evidencie la existencia de Laie. Las inscripciones que permitieron al padre Fita identificar dicha ciudad, tal y como afirma Leandre Villaronga, no se refieren a una localidad sino a una región, la de los layetanos. De manera que la leyenda que aparece en las monedas (Laiesken), no haría referencia a una ciudad, sino que este genitivo plural designaría a los habitantes de una zona determinada, la cual se correspondería con la Layetania de las fuentes escritas.
En lo referente a la cronología, decir que la ceca acuño moneda durante el siglo II a. C. No tenemos noticias acerca de las causas que precipitaron el cese de su actividad, quizá como argumenta Fernando Gimeno Rúa, ésta se produjo por motivos naturales, tales como la pérdida de importancia de la región, puesto que no hay constancia de acciones violentas que precipitaran el fin de la producción.
Respecto a la morfología de las piezas elaboradas en esta ceca, debe afirmarse la presencia de unos tipos constantes que aparecen a lo largo de toda la producción monetaria. En el anverso nos encontramos siempre con una cabeza masculina vuelta a la derecha, es un rostro imberbe, con la cabeza laureada y en ocasiones con lemniscos colgando. Quizá el motivo de tales variaciones se deba a la imaginación del grabador. Leandre Villaronga aporta la posibilidad de que fuera la representación de alguna divinidad muy querida por los cartagineses, como lo pudiera ser Melkart, el Hércules cartaginés. A este anverso con una divinidad guerrera, le acompaña un reverso presidido por un caballo victorioso. En el reverso podemos distinguir tres modelos diferentes; el primero sería la representación de un jinete galopando a la derecha llevando una palma, el segundo un caballo galopando hacia la derecha, situándose encima de él una láurea, y el tercero se trataría de medio caballo. Las leyendas ibéricas que poseen las monedas, son bastante uniformes y no presentan alteraciones fundamentales, tan sólo cabe destacar la alteración de alguna grafía.
La información que pueden ofrecernos las monedas de esta ceca de ubicación incierta, acerca de la actividad económica y comercial de la zona es muy limitada. Su modesta difusión (todas las monedas han sido halladas en la zona al norte del río Llobregat, en Balsareny, Cànoves y Azaila) conduce a pensar que el núcleo poblacional perteneciente a los layetanos que las emitió, no fue un gran centro comercial, quizá se trataría de un emplazamiento interior poco conocido mercantil y geográficamente. La ausencia de fuentes escritas que nos hablen de él, parece corroborar esta idea.

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jueves, 28 de mayo de 2020

Asentamiento de El Torelló - Almassora

El asentamiento del Torrelló se encuentra en la parte oeste de nuestro término municipal, junto al río Millars y lindando con el término municipal de Onda. 
En él se ha documentado mediante excavaciones arqueológicas unos restos del poblado de la época del Bronce, datados hacia el año 1000 a.C. A ellos se superponen diversas estructuras urbanas, que dan pie a distintos momentos de la ocupación, quizás los más visibles son la calle ibérica con sus viviendas adosadas, datada alrededor del 160-140 a.C. 
Otras estructuras importantes son las distintas murallas, un total de más de 70 metros longitudinales, que protegían la aldea de las constantes invasiones.

Almassora

domingo, 24 de mayo de 2020

Zona arqueológica de Aranjuez

La zona arqueológica de Aranjuez es un conjunto de yacimientos arqueológicos en el municipio español de Aranjuez, en la Comunidad de Madrid.

Descripción
Ubicado en el término municipal madrileño de Aranjuez, consiste en algo más de un centenar de yacimientos procedentes de épocas muy antiguas: Paleolítico inferior o Medio y Neolítico, con talleres y poblados; todas las fases del Calcolítico, tanto en precampaniformes como campaniformes. También comprende poblados y asentamientos aislados de Bronce Medio, y poblados, ciudades y necrópolis del Hierro I y Hierro II celtibérico. El conjunto se completaría con asentamientos visigodos, musulmanes y cristianos. Su estado de conservación a finales de la década de 1980 sería «bueno, en general», si bien un gran número de yacimientos estaban en peligro de destrucción por localizarse junto a ellos importantes polígonos industriales.
Comprendería tres zonas: toda la margen izquierda del Tajo a su paso por Aranjuez, incluido su casco urbano; la margen izquierda del Jarama a su paso por Aranjuez, desde Titulcia hasta su confluencia con el Tajo; y la margen derecha del Tajo, desde Colmenar de Oreja hasta su confluencia con el Jarama.
El 20 de febrero de 1989 se incoó expediente para su declaración como Bien de Interés Cultural, mediante una resolución publicada el 22 de abril de ese mismo año en el Boletín Oficial del Estado, con la rúbrica de la directora general de Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, Araceli Pereda Alonso. A fecha de 2013 su declaración seguía sin completarse.

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Púnico Caudillo lusitano

Púnico (m. c. 153 a. C.) fue un caudillo de los lusitanos que comandó en el contexto de las guerras lusitanas a estos en contra de los romanos.
El antropólogo Julio Caro Baroja considera que había entre ese pueblo un conflicto social de raíces étnicas, económicas —latifundismo— o legislativas. Fuera por la razón que fuese, lo cierto es que aquellos menos favorecidos por la fortuna se dedicaban al bandidaje.
Los lusitanos son mencionados como enemigos de Roma por vez primera en el año 194 a. C., cuando una partida saqueó el valle del Guadalquivir hasta que fue rechazada por Escipión Násica. Estas incursiones continuaron durante los años siguientes pero, al carecer de continuidad, no podían ser consideradas como una guerra, sino que obligaban a que Roma realizara más bien actuaciones policiales para combatirlas.
La situación cambió con la aparición en 155 a. C. de Púnico al frente de un ejército formado por lusitanos y vetones que saqueó el sur de la península ibérica. El pretor Calpurnio Pisón envió contra ellos un ejército de 15 000 hombres comandado por Marco Manlio. El choque supuso la muerte de unos 6000 legionarios y desencadenó la alarma en Roma.
Entre los años 155 y 153 a. C. las fuentes señalan que se dedicó a «saquear los territorios de los aliados de Roma».​ Dirigió incursiones lusitanas en la Bética​ y también en el territorio de la costa mediterránea aliado, según Apiano, a los vetones.​ Los enfrentamientos supusieron la muerte en combate del cuestor Terencio Varrón y constantes asaltos a las ciudades. Incluso las localidades fenicias costeras suplicaron ayuda a Roma.​
Púnico murió en combate en el área mediterránea de la península ibérica y fue sustituido por Césaro, quien llegó con sus hombres hasta Sexi y dominó toda la costa meridional menos las ciudades.

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jueves, 21 de mayo de 2020

Els Estrets-el Racó de Rata - Vilafamés

El yacimiento arqueológico de Els Estrets-el Racó de Rata se sitúa sobre el espolón sur-oriental del Tossal d’en Bosch, un contrafuerte montañoso que rodea en su sector occidental el Pla de Vilafamés, a la salida del barranco de Els Estrets.
El poblado tiene una superficie de 0,3 ha y presenta una muralla que rodea todo su perímetro; las intervenciones arqueológicas que se llevan a cabo desde 1990 han permitido profundizar en el conocimiento de su evolución y ocupación, que se sitúa cronológicamente entre los siglos III-I a.C., dentro del llamado periodo Ibérico Tardío.
Su excelente estado de conservación (por no haberse visto afectado por los trabajos agrícolas) permite apreciar una potente muralla a la que se adosan torres cuadrangulares y circulares, destacando entre éstas últimas la situada en la zona de acceso. En su interior se hallan calles y viviendas con paredes que superan los 2 metros de altura, indicando la existencia de un piso superior; en ellas se han podido documentar distintas áreas de trabajos domésticos (molienda de cereales, almacén, telares, etc.) y restos humanos asociados a ritos de protección de las casas.
Declarado Bien de Interés Cultural, en 1997, en la categoría de Monumento.

Vilafamés.org

miércoles, 20 de mayo de 2020

Tossal del Mortórum

El Tossal del Mortórum es un yacimiento arqueológico situado en un cerro frente a la llanura litoral de la Ribera de Cabanes, Torreblanca y Oropesa, en la comarca de la Plana Alta y dentro del término municipal de Cabanes (Castellón).
Los estudios arqueológicos han identificado como en el cerro se conservan diversos restos del pasado, entre los que destacan un poblado y un túmulo funerario. Así, se ha determinado que el poblado fue ocupado aproximadamente entre los años 1950 y 550 antes de la Era, es decir, desde la Edad del Bronce a la primera Edad del Hierro; por su parte, el túmulo fue usado en diferentes momentos de la Edad del Bronce como sepulcro funerario del poblado.
Los primeras excavaciones en el Mortórum fueron efectuadas ya en 1925 en la zona del poblado, sin embargo la metodología de la época provocó la pérdida de la mayor parte de los resultados y materiales obtenidos. Desde el año 2002 las excavaciones se han ido efectuando regularmente gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Cabanes con el Servicio de Arqueología de la Diputación de Castellón.
Desde el año 2015 el Tossal del Mortórum es visitable mediante una ruta señalizada con paneles explicativos.

Situación y territorio
La situación del Mortórum responde a una intencionalidad claramente estratégica, por un lado de tipo defensivo, puesto que las pendientes del cerro son muy acusadas, pero también de control visual, puesto que desde la cumbre se obtiene una vista privilegiada de toda la llanura costera de la Ribera de Cabanes, Torreblanca y Orpesa, y del mar. Los hallazgos arqueológicos de esta llanura litoral han sido numerosos, y existen indicios de presencia humana de más de 300.000 años. A partir del periodo Neolítico, hace más de 7000 años, podemos determinar que las comunidades humanas estaban plenamente asentadas, existiendo continuidad en las ocupaciones durante diversos momentos del Neolítico y la Edad del Bronce. Diferentes indicios señalan que a partir del siglo VII antes de la Era hubo un embarcadero en Torre La Sal, donde se constatan los intercambios comerciales marítimos, sobre todo a partir del hallazgo de ánforas. Esta actividad se acentuó entre los siglos II y I antes de la Era, momento en que a Torre La Sal llegó a ser uno de los más importantes poblados ibéricos de las tierras castellonenses.
El poblado del Mortórum en la Edad del Bronce (1950-1120 años antes de la Era)
Selección de materiales arqueológicos de la Edad del Bronce del Tossal del Mortórum
Las investigaciones sobre los momentos más antiguos del Mortórum indican que el primer asentamiento humano se produce a principios del II milenio antes de la Era. De este primer poblado apenas nos quedan algunos muros y hogares, aunque si se han recuperado numerosas cerámicas y otros objetos. Hacia mediados del II milenio antes de la Era, un incendio provoca el abandono del poblado. Entre los años 1400 y 1130 antes de la Era, es decir, todavía dentro de la Edad del Bronce, el asentamiento vuelve a ser ocupado por unos habitantes con costumbres un poco diferentes de las de sus predecesores, aspecto deducible a partir de la comparación en la técnica de construcción, la organización de los espacios y ciertos cambios en los objetos, especialmente la cerámica, entre la que algunos fragmentos indican contactos con culturas del centro peninsular. A finales del II milenio antes de la Era el poblado es abandonado.
El topónimo Mortórum, de origen latino, hace clara referencia a un lugar relacionado con los muertos, cuestión que sugiere que al menos desde la Edad Media se conocía la presencia de enterramientos. Sin embargo, la localización de restos de este tipo no se produjo hasta 2006. Así, a unos 300 metros del poblado se localizaron los restos de un sepulcro funerario que fue usado en el II milenio antes de Cristo para depositar los difuntos, probablemente del poblado del Mortórum. Se trata de una estructura formada por un espacio central o cámara sepulcral delimitada por losas dispuestas en vertical, y sustentada por una estructura perimetral de forma más o menos cuadrangular construida con grandes bloques de piedra. A pesar de que la tumba fue expoliada de antiguo, las excavaciones permitieron recuperar restos humanos de un mínimo de 5 individuos. Los estudios de antropología dental han determinado que la edad aproximada de los difuntos era de 7.5, 12, 20, entre 25-30 y finalmente un adulto mayor de 60 años.
Después de casi 500 años abandonado, hacia la segunda mitad del siglo VII antes de la Era se construyó sobre los restos anteriores un nuevo poblado protegido con una espesa muralla, presidida seguramente por una torre. Este poblado se caracteriza porque la mayoría de las estancias fueron destinadas a almacén. Los objetos recuperados nos hablan de comercio con los fenicios, de los cuales conseguían vino transportado en ánforas, otras cerámicas fabricadas a torno y objetos de metales todavía no conocidos en la zona, así como seguramente otros muchos productos de los cuales no nos queda constancia arqueológica. Todos los restos recuperados sugieren la presencia de unos ocupantes que tuvieron un papel preponderante en el acceso y posiblemente en el control y redistribución de productos procedentes del comercio fenicio. Estos habitantes del Mortórum debieran de seleccionar el lugar, de nuevo por su fácil defensa y sus capacidades de control visual del territorio y del mar, y posiblemente también por su cercanía a Torre la Sal. El análisis de la técnica de construcción y el planteamiento de los espacios indican novedades técnicas y una planificación previa que refuerzan la idea de conceptos importados, seguramente procedentes de los contactos con el mundo fenicio occidental, más avanzado culturalmente. Parece ser que la obtención de productos del comercio fenicio se efectuaban a través del intercambio de materias primas, principalmente metal, aunque también con otros productos. Para el caso del Mortórum todavía no se ha podido concretar qué productos locales fueron utilizados en las transacciones, pero sabemos que en su entorno dispusieron de recursos minero-metalúrgicos, en concreto mineral de hierro y plomo, entre otros recursos. En el embarcadero de Torre La Sal, situado en la costa directamente frente al Mortórum, se detectan ya desde el siglo VII antes de la Era indicios de estos contactos comerciales, especialmente a partir del hallazgo de ánforas fenicias y algunos objetos metálicos. El poblado del Mortórum fue abandonado en la primera mitad del siglo VI antes de Cristo, aparentemente de forma apresurada puesto que en las excavaciones se han recuperado en algunas estancias determinados objetos valiosos que, en otras circunstancias, no hubieran sido dejados.

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Ceca de Dipo

La ceca de Dipo acuñó una pequeña serie de monedas en bronce con esta leyenda latina (DIPO) a comienzos del siglo I a. n. e., probablemente entre los años 80 y 72, en que concluyen las denominadas Guerras Sertorianas .
La localización siquiera aproximada de la ciudad prerromana de Dipo ha venido siendo objeto de largas controversias, hasta que recientes hallazgos numismáticos han permitido conocer el emplazamiento concreto de esta ceca y, por tanto, el lugar que ocupara el antiguo taller monetario.
Según estos, Dipo se ubicaría en plenas Vegas Bajas del Guadiana, en la zona de Guadajira (Lobón) y Talavera la Real, lo que ya habían supuesto algunos especialistas, viniendo a confirmar la importancia del territorio dentro del complejo ámbito geopolítico tartésico.

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domingo, 17 de mayo de 2020

Yacimiento epipaleolítico de parque Darwin

El yacimiento epipaleolítico de parque Darwin es un yacimiento arqueológico situado en el barrio de Moratalaz de Madrid cuyos restos corresponden al periodo Epipaleolítico. Fue excavado en la primera década del siglo XXI por un equipo formado por miembros de la Universidad Autónoma de Madrid y de la empresa Audema. Estos últimos fueron los descubridores del yacimiento preparando el terreno para los trabajos de unión de la carretera de Valencia, A-3, con la M-30.
Ocupa la zona aluvial de la confluencia de los arroyos de las Moreras y del Abroñigal, este segundo es el que discurría en dirección norte-sur por lo que ahora es la M-30.
Entre los restos encontrados se encuentra industria lítica, huesos (la fauna asociada es de liebres, jabalíes y conejos), pastillas de hogar y algo de industria ósea. La antigüedad ronda los 9500 años, según dataciones de carbono 14, y podría ser uno de los primeros asentamientos de la península ibérica fuera de abrigos o cuevas, conservándose restos que se han interpretado como una vivienda alrededor del fuego

Santuario ibérico de Collado de los Jardines (Santa Elena, Jaé


El santuario ibérico de Collado de los Jardines se sitúa en un abrigo rocoso de Sierra Morena, en el llamado Escalón de la Meseta, en el borde septentrional, donde una serie de sierras cuarcitosas, alineadas de este a oeste y cortadas por arroyos en profundos hoces o estrechos valles (Despeñaperros, Valmayor), conforman un relieve abrupto y sobre elevado de su entorno.
La fundación del santuario de Collado de los Jardines, así como el de la Cueva de la Lobera se fija a inicios del siglo IV a.C., momento en el que en el registro arqueológico se observa un nuevo proceso de apropiación del territorio político a manos de uno de los grandes oppida del Alto Guadalquivir: Cástulo. Esta ciudad ibera lidera un proyecto de expansión y control de la zona más oriental de la provincia de Jaén, en el que los santuarios de Collado de los Jardines y la Cueva de la Lobera se convierten en piezas claves: delimitadores ideológicos y fronteras físicas, al mismo tiempo que espacios de peregrinación, en el que se desarrollaban los ritos importantes para las comunidades que integraban este territorio político.
Con respecto a su ubicación territorial, ambos espacios de culto se asocian a dos de los principales corredores de acceso al Alto Guadalquivir y, por tanto, al territorio de Cástulo, ubicación que evidencia el vínculo entre estos enclaves sagrados y los pasos naturales. Castellar se relaciona con una de las principales vías de comunicación del Alto Guadalquivir, que pone en conexión esta área con Ciudad Real a través de Villanueva de los Infantes. Un importante corredor que se ha identificado con la Vía Heraclea. Con respecto al camino que transcurre por Collado de los Jardines, recientes trabajos la definen como una posible ruta secundaria, relacionada con las explotaciones mineras romanas de la Comarca de Sierra Morena y con el probable emplazamiento de una estructura campamental de época republicana en el entorno del santuario.
Desde el punto de vista estructural y organizativo el santuario se organiza en torno a varias terrazas y se relaciona con la existencia de manantiales de agua, lo que le vincula a cultos de tipo curativo, pero también a rituales relacionados con el paso de edad, de gran importancia ritual en el conjunto de las prácticas documentadas en estos contextos. En relación al culto desarrollado se han documentado gran cantidad de exvotos de bronce. Los exvotos, en sus numerosas variantes figurativas (entre ellas también las zoomorfas) y esquemáticas, representan la idea de ofrenda personalizada del/de la dedicante y de sus peticiones que se ofertan en concepto de sustitución e idealización de la plegaria. Son elementos que publicitan el carácter benefactor de la deidad o deidades, imágenes hechas para la divinidad, entendidas dentro de una colectividad o comunidad, pues la sociedad refleja en ellas sus actitudes, sus comportamientos.
Respecto a la posible existencia de un poblado de época ibérica asociado a la cueva-santuario, las únicas evidencias que actualmente se observan en superficie se localizan en la cumbre del Cerro del Castillo. Este sitio, de pequeño tamaño, difícilmente clasificable como un oppidum, queda protegido por defensas naturales y se encuentra muy deteriorado por una intensa actividad clandestina, que ha dejado en superficie un caos de piedras pertenecientes a las construcciones que han sido desmontadas durante años de expoliación, junto a una reducida presencia de cerámicas de tradición ibérica. Si bien resulta difícil caracterizar el poblado de época ibérica y romana, este objetivo se complica al tratar los problemas arqueológicos que plantea la existencia de un castillo en la zona de la acrópolis, que daría nombre al cerro que domina la cueva-santuario.

Europeana

Césaro - Caudillo lusitano

Césaro o Caisaro (posiblemente muerto en 153 a.C) fue un caudillo de los lusitanos que relevó a Púnico durante las primeras fases de las Guerras Lusitanas.
Césaro aparce por primera vez en las fuentes en 153 a. C. cuando asume el mando de la coalición de lusitanos y vetones previamente liderada por el fallecido Púnico. La rapidez y aparente facilidad de esta sucesión ha hecho deducir a los autores que Césaro podría haber sido un segundo al mando de Púnico, así como que su ejército no era una simple agrupación de bandidos, sino un contingente bien organizado y disciplinado.
La primera batalla de Césaro tuvo lugar contra las fuerzas del pretor romano Lucio Mumio. Aunque los romanos dominaron inicialmente la batalla, obligando a los hispanos a retroceder y a abandonar parte de su botín, las legiones se fragmentaron en su intento de perseguirles. Césaro entonces aprovechó para revolverse contra ellos y destruirles.[4]​ 9000 romanos murieron y Mumio se vio forzado a huir, con lo que los lusitanos incrementaron sus ganancias recuperadas y añadieron varios estandartes romanos, que Césaro hizo pasear por la península ibérica en son de mofa.​ Se cree que todo el curso de la batalla podría haber sido un ardid por parte de los hispanos, que posteriormente utilizarían en abundancia la misma fórmula de fingir una derrota para después emboscar a los perseguidores.
El segundo encuentro de las fuerzas acaudilladas por Césaro fue de nuevo contra Lucio Mumio, que había dejado pasar el tiempo mientras entrenaba a sus tropas y planeaba la próxima batalla. Esta vez los romanos fueron victoriosos, logrando incluso recuperar algunas de las enseñas. No se menciona a Césaro como parte de esta batalla, por lo que su destino final es desconocido. Sin embargo, el hecho de que no vuelva a ser mencionado en ninguna otra fuente -así como que Cauceno ocupe su lugar como máxima figura lusitana- lleva a pensar que podría haber muerto en combate.

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miércoles, 13 de mayo de 2020

Yacimiento de Santa Marta de Lucenza


Si has estado en Cualedro y has conocido un poco su historia seguro que te sonará el nombre del catedrático e historiador Antonio Rodríguez Colmenero, natural de Lucenza, parroquia de este concello. Este seminarista y profesor de Historia Antigua es el responsable de muchas de las actuaciones arqueológicas de esta comarca, como la de San Millao, el Castro de Saceda y este lugar que se encuentra muy cerca de donde nació: el yacimiento arqueológico de Santa Marta de Lucenza. Todas estas actuaciones fueron llevadas a cabo en los primeros años de la década de los 80 del siglo XX y gracias a ellas hoy conocemos parte de la historia de la comarca de Verín.

El yacimiento
El yacimiento de Santa Marta se sitúa casi 790 metros de altitud, a 1,5 km al sureste de Lucenza, en el concello de Cualedro. Muy cerca de A Serra do Larouco. Según el mismo historiador el nombre de Lucenza podría venir de un asentamiento romano propiedad de un tal Lucenatius. Se trata de un importante e interesantísimo conjunto arqueológico parcialmente excavado y que podría ocupar una extensión de varias hectáreas. En él se pueden distinguir hasta tres niveles de ocupación que van desde la Edad de Hierro, pasando por el tiempo de los romanos y galaico-romanos, hasta prácticamente la época medieval.

Excavaciones
Como decíamos el yacimiento de Santa Marta fue excavado y estudiado en dos ocasiones por el mismo historiador natural de Lucenza Rodríguez Colmenero quien acometió el proceso entre 1971/1972 y 1982/1984. Los restos de los muros recuperados los veremos separados del original por tejas del mismo yacimiento.

Sectores
Para una mejor interpretación de los restos han sido identificados como dos sectores diferentes. En el sector A encontraremos los restos de construcciones de época romana y la capilla del siglo XVIII. El sector B corresponde a los alrededores

Edad de Bronce
En ambos sectores fueron encontrados restos de una ocupación de la Edad de Hierro. Encontraremos diversas cazoletas grabadas en el sector Ben la roca del cruceiro pertenecientes a un posible santuario y además fueron descubiertos restos de un enterramiento de hace 4.000 años. En el sector A también aparecieron sobre la roca diversos agujeros artificiales de época prehistórica de un afloramiento rocoso en donde se levanta un cruceiro.

Época romana
En los dos sectores fueron descubiertas diferentes estructuras de época romana y parte de ellas fueron consolidadas y musealizadas. Sin embargo la parte septentrional del sector B y los restos romanos junto a la roca del cruceiro fueron cegados y hoy permanecen ocultos. Los restos pertenecientes a la época romana fueron confirmados tras la aparición de una denario de plata del emperador Vespasiano, perteneciente al siglo I d.C (Alto Imperio Romano).

Época alto medieval y abandono
La ocupación continua o fue retomada en la época alto medieval como lo demuestran una serie de muros superpuestos y los diversos hallazgos arqueológicos encontrados y la abundante cerámica repartida por el lugar. El abandono se produjo antes de la Edad Media.

Crióforo
Una figura de un niño Jesús con el cordero fue hallada por una vecina de Lucenza sobre la superficie de su finca y donada posteriormente al Museo de Ourense.

Estela
Bajo la capilla y formando parte del pavimento fue encontrada en 1982 una lauda o lápida de un enterramiento dedicado al primer cristiano conocido hasta ahora en la comarca junto al de la capilla de San Salvador de Medeiros. En la inscripción se nombra a un tal Vermudus y reza lo siguiente: “+ Vermudus ΑΩ, murió en Jesucristo, principio y fin de todas las cosas“. Por las trazas de la inscripción se puede datar con toda probabilidad en el siglo VI.

Altar decorado
También se descubrió un altar decorado con una cruz visigótica.

La ermita
Se sabe de la existencia sobre los restos arqueológicos de un templo paleocristiano datado entre los siglos V y VII. Es muy probable que sobre ella se erigiera en la Época Moderna la capilla actual. Se trata de una sencilla capilla dedicada a Santa Marta. Posee planta rectangular y sus muros son de mampostería y cuenta con una cubrición de teja a dos aguas. En su interior destacamos el arco triunfal de medio punto que separa el altar.

El Cruceiro
Junto al afloramiento rocoso existe un cruceiro del siglo XVI o XVII cuya cruz original ya no existe y fue repuesta posteriormente por una nueva con una pequeña imagen embebida de Santa Marta.

Cómo llegar
Llegando desde Cualedro por la carretera OU-1020 debemos desviarnos a la izquierda inmediatamente después del cementerio que está a la entrada de Lucenza. Descendemos cien metros y de nuevo cogemos a la izquierda y seguimos la carretera asfaltada que se acabará hasta convertirse en una buena pista transitable.  Unos 500 metros más y deberemos estar atentos a una desviación que ya es un camino por el que tendremos que ir andando. Un poco más de 300 metros y llegaremos al yacimiento.

Galicia Máxica


martes, 12 de mayo de 2020

Necrópolis ibérica de Piquía (Arjona)

La necrópolis ibérica de Piquía se sitúa en el término municipal de Arjona ( Jaén), a poco más de 1 kilómetro y medio al noroeste del casco urbano, próxima al cruce entre la A-305 (Arjona–Andújar) y la A-6176 (Arjonilla), en el denominado “Camino Antiguo de Arjonilla”. Está emplazada en una zona de ladera suave, con una conexión visual directa con el núcleo urbano de Arjona, situado sobre el oppidum ibérico.
En el año 2010 una avalancha de agua hizo aflorar algunas de las tumbas de la necrópolis, lo que propició una intervención de urgencia por parte del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén. Como consecuencia de la intervención de urgencia se excavó una super

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Ceca de Belaiskom

Esta ceca pertenece al grupo de los belos, pueblo celtibérico del Valle del Ebro, el río Jalón y el Jiloca, aunque su localización extacta es objeto de numerosas hipótesis. M. Beltrán considera que las monedas de leyenda Belaiskom pertenecen a la misma ceca que las de Konterbakom Bel, que se atribuyen a Contrebia Belaisca. 
En caso de que fuera una ceca independiente, cercana a dicha ciudad, las localizaciones posibles son Osma (Soria, España) y Osma del río Alhama (Logroño, La Rioja, España). Coincidiendo con esta última hipótesis mencionada, Francisco Villar aporta un argumento lingüístico que disociaría el significado de Belaiskom como etnónimo de Belaiska.

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domingo, 10 de mayo de 2020

Santuario del Diós Lug - Villastar

Peñalba de Villastar fue un santuario celtibérico en el actual término municipal de Villastar (Teruel, Aragón).
De carácter politeísta y con peregrinación desde diferentes poblaciones del territorio circundante, fue lugar de cultos solares y lunares, siendo una montaña sagrada para íberos, celtíberos y romanos. Fue una convergencia de la tradición de arte esquemático autóctona con la tradición celtíbera.
Presenta representaciones solares, de buitres como animales psicopompos y de dioses, además de inscripciones en celtíbero y latín.
En una de esas inscripciones se menciona al dios Lug, de carácter solar, y la familia Turos, relacionada con muchos topónimos turolenses como el mismo Teruel, y quizás con la misma raíz celta de la donde proviene Zúrich.
Más de 50 inscripciones y grabados de piedra caliza fueron extraídos por el arqueólogo calaceitano Juan Cabré, que los vendió al Museo de Barcelona, donde actualmente todavía se encuentran, como forma de financiar sus excavaciones.
En el escarpe rocoso los grabados se hicieron en roca caliza dura y hay pocas inscripciones. Juan Cabré se llevó menos cosas que del nivel con granizo de arena blanca. En muchos de esos grabados hay cruces sobreimpuestas que se pueden datar en tiempos bajo-imperiales, como elementos de cristianización.

viernes, 8 de mayo de 2020

Ceca de Kelin

La ciudad ibérica de Kelin estuvo localizada en el cerro de Los Villares (Caudete de las Fuentes, provincia de Valencia). La producción monetaria de Kelin fue muy escasa y se redujo a una sola emisión, formada por dos denominaciones:

Unidades. Las unidades utilizaron en el anverso una cabeza masculina a derecha, entre un delfín y una palma, y en el reverso un jinete con lanza.
Mitades. Utilizaron para el anverso el mismo tipo de diseño que las unidades, la cabeza masculina, y para el reverso se eligió un toro.
El patrón de pesos que se utilizó fue el que estaba en vigor en la zona, con unidades de unos 9,40 g. y mitades de 5,43 g. El número de monedas emitidas fue reducido y el valor de la riqueza que pusieron en circulación también; ello motivó que su uso se limitara a su lugar de emisión y zonas limítrofes próximas.
La fecha de su acuñación es incierta, pero probablemente deba ser anterior a la destrucción de la ciudad durante el período de las Guerras Sertorianas y contemporáneas a las acuñaciones de Ikalesken (localizada probablemente en Iniesta, Cuenca), según se deduce de su similitud estilística y de fabricación.

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Zona Arqueológica de Alcorcón

La zona arqueológica del Casco Urbano de Alcorcón es un zona arqueológica del municipio español de Alcorcón, en la Comunidad de Madrid.

Descripción
Se ubica en el interior de la localidad madrileña de Alcorcón. El término municipal forma parte de la denominada «depresión del Tajo», que separa las cuencas de los ríos Guadarrama y Manzanares. Posee una red hidrográfica reducida y modesta, lo que contrasta con su abundante riqueza en aguas subterráneas (acuífero del Terciario detrítico del entorno de Madrid). La zona protegida se encuentra dentro del casco urbano antiguo.
El 15 de enero de 1991 se incoó expediente para su declaración como Bien de Interés Cultural, mediante una resolución publicada el 9 de agosto de ese mismo año en el Boletín Oficial del Estado, con la rúbrica de la directora general de Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, Araceli Pereda Alonso.

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jueves, 7 de mayo de 2020

Objeto de hierro - Valladolid


Objeto de hierro finamente nielado en plata hallado en el yacimiento de «Las Ruedas», Padilla de Duero (provincia de Valladolid, España). Se data en la segunda fase de la Edad del Hierro, en siglo IV adC. 
Se conserva en el Museo Arqueológico de Valladolid.

Ceca de Kalakorikos - Calahorra


La ceca de Kalakorikos fue un centro de fabricación de moneda. Kalakorikos era una ciudad celtibérica situada en el norte de la Península Ibérica que presuntamente fue ocupada después o incorporada a su territorio por los vascones, siendo que hacia el 76 a. C. Estrabón la cita como ciudad vascona, el primero en hacerlo. Hoy en día es la ciudad de Calahorra.
Las primeras informaciones sobre esta ciudad como centro celtibérico son de los tiempos de la guerra sertoriana. Al final del siglo I a. C., la ciudad fue promovida jurídicamente por los romanos y se convirtió en el municipio Calagurris Iulia.

Tipologías
En su fase ibérica, la ceca de Kalakorikos no presenta muchas diferencias con respecto a las otras cecas celtibéricas de la misma zona en lo que concierne al tipo, a la medida ni al sistema de escritura.
La efigie viril del anverso de las monedas aparece imberbe solo en las cecas celtibéricas de Kalakorikos y Arekoratas (hoy, Ágreda); en otras cecas, el retrato se presenta con barba. Pero a pesar de esta característica común, en el reverso de los ejemplares de Arekoratas hay un delfín detrás, mientras que en los de Kalakorikos hay una estrella de cinco puntas. El símbolo del astro es resultado del influjo púnico y procede del mundo babilónico, pero todavía no se conocen las razones por las que se introdujo en tierra celtibérica este tipo de estrella.
La ceca de Kalakorikos emitía monedas de bronce en la segunda mitad del siglo II a. C., y Kalakorikos es el topónimo que se lee en todas las monedas.
Durante el periodo ibérico, se acuñaron tres emisiones monetarias, según Villaronga

Cauceno

Cauceno (posiblemente muerto en 153 a. C.) fue un caudillo de los lusitanos, activo durante las primeras fases de las Guerras Lusitanas. Protagonizó una invasión contra los aliados romanos de África en lugar de limitarse como sus predecesores a la península ibérica.
Cauceno aparece en 153 a. C., entrando en actividad mientras Césaro campaba por Hispania en celebración de sus victorias sobre Lucio Mumio. Cauceno y su ejército emprendieron un proyecto de saqueo de una ambición nunca vista entre los lusitanos: tras descender sobre el territorio de los conios, súbditos de Roma, esquilmaron la región y conquistaron su capital, Conistorgis, y seguidamente atravesaron el estrecho de Gibraltar con barcos y llegaron a la provincia africana de Mauritania. Allí Cauceno dividió su contingente en dos partes, destinando la primera a saquear los asentamientos de la zona mientras con la otra sitiaba la ciudad de Ocile (hoy posiblemente Arcila, en Marruecos) con intención de capturarla también. Sin embargo, Lucio Mumio derrotó a las tropas de Césaro en Hispania y llegó al auxilio de los mauritanos con 9500 hombres. Aunque los lusitanos contaban con una enorme superioridad numérica, su distracción con el asedio y su presumible falta de experiencia en la guerra permitió a Mumio derrotarlos, matando supuestamente a 15000 de ellos. Mumio descubrió entonces al primer grupo, que volvía cargado de sus saqueos, y lo aniquiló también.
El destino final de Cauceno es desconocido, ya que no vuelve a ser mencionado en las fuentes, pero podría haber caído en combate. Aun así, probablemente siguiendo su ejemplo, los lusitanos llevaron a cabo otra invasión de África en 151 a. C., la cual fue sofocada por Lucio Licinio Lúculo.

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martes, 5 de mayo de 2020

Lusitanos

Se entiende por lusitanos al colectivo de diversos pueblos prerromanos de origen indoeuropeo, cultural y étnicamente afines, que habitaron el oeste de la península ibérica, en torno al distrito portugués de Castelo Branco y extendiéndose hacia el norte hasta las riberas del río Duero (donde hacían frontera con los galaicos), al este hasta la actual Extremadura, y por el sur hasta el norte del Alto Alentejo. Persiste la controversia entre los investigadores a respecto de su celticidad, o si eran un pueblo nativo influido por corrientes centroeuropeas.. No parece que sus territorios alcanzasen la costa atlántica, donde fuentes y epigrafía sitúan a los célticos túrdulos. El nombre de su territorio serviría para denominar la provincia romana de Lusitania.
Representado como un dragón verde con cola serpentina, el dragón lusitano era una criatura marina tan común en la iconografía portuguesa como lo serían en Francia el águila napoleónica, o el león entre los emblemas ingleses. Parece ser que éste símbolo era portado por los lusitanos, quedando como legado en la simbología portuguesa.

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Los 27 reyes míticos de la España Antigua

El Patriarca Tubal o Iubal, hijo de Iafet, nieto de Noe, tio de Nenrod, que era nieto de Cam, vino a poblar a España, a los ciento y quarenta y dos años del diluvio, de la creacion del mundo a los mil y setecientos y noventa y ocho, a los dos mil y ciento y sesenta y tres antes del Nacimiento. Fue el primer Rey o Gobernador de España, y por él se llamó Tubalia o Iubalia, y reinó ciento y cincuenta y cinco años. Enseñó a los españoles la ley de naturaleza, dioles leyes en coplas, repartióles el año en doce meses, en trescientos y sesenta y cinco dias y seis horas, conforme al movimiento propio del sol, y a la vuelta que da por el Zodiaco, como se guardaba en Caldea.
El segundo Rey, o Gobernador, o Señor de España, fue Ibero, hijo de Tubal, de quien se llamó la Provincia Iberia, e Iberio el rio Ebro.
Sucedióle Idubeda, que dio nombre a los muy celebrados montes Idubedas, que son los montes Doca.
A Idubeda sucedió Brigo su hijo, Fundador de muchas poblaciones, que por él se llamaron Brigas.
Tras él cuentan a Tago su hijo, y llaman a España Taga, y al río Tajo Tago.
Beto dicen que fue el sexto Rey o Gobernador de España, de quien dan nombre al rio Betis, que es Guadalquivir, y de Betis se llamó Betica la tierra que baña. Escriben que se acabó en él la línea de su quarto abuelo Tubal, y que ocupó la segunda línea Real de España Gerion, llamado así porque era extrangero, que eso dice la lengua Caldea, de que entonces se usaba en España.
En tiempo de este Gerion, un competidor suyo llamado Osyris Dionysio, natural de Egypto, introduxo en España la idolatria. Tuvieron los Autores a Gerion por fundador de la Ciudad de Girona, en el Principado de Cataluña, y de la primera batalla que hubo en España, y danle por sucesores a sus tres hijos los Geriones. A los quales mató uno a uno Hércules, que refieren haber sido décimo Rey de España, y cabeza de la tercera línea en esta sucesión Real. Tomó del nombre el estrecho de mar que se hace entre Africa y España, y los montes Abila y Calpe, que le causan, a quien llama el vulgo las colunas de Hércules.
Luego ponen por Rey de España a Hispalo, haciéndole fundador de Sevilla.
Luego a su hijo Hispan, por el qual España hasta hoy se llama de este nombre.
Hispan tuvo por nieto a otro Hércules, el que quieren haya fundado a Toledo, a Urgel en Cataluña, a Tarazona en Aragón, y otras ciudades; acabóse con él la tercera línea real de España.
Sucedió a Hispan el rey Hespero, por el qual algunos llaman Hesperia o Hespérida a España.
Tuvo un hermano que se llamó Atlante, que le sucedió.
A Atlante sucedió Sicoro su hijo, de quien quedó el nombre al rio Segre, que solia dividir a Aragon y a Cataluña.
A Sicoro sucedió Sicano, por quien se llamo Ana el rio Guadiana, y Sicania la Isla de Sicilia.
A Sicano, Siceleo; a Siceleo, Luso, que dio nombre a la Provincia Lusitana; y a Luso, Siculo, de quien se llamo Sicilia Siculia, y remato la quarta línea Real de España, y empezó la quinta en Testa Triton.
Era Testa Africano, y en su tiempo vinieron a España Griegos de la Isla Zazinto, que es el Zante, y poblaron a Zazinto, que despues se llamó Sagunto, y hoy Murvedre, en el Reyno de Valencia: la del adagio, Fames Saguntina, contra el sitio de los cartagineses. Estos griegos del Zante edificaron el famoso Templo de Diana en Denia, del mismo Reyno de Valencia, y con esta ocasión tomó mas pie en España la idolatría.
Romo, hijo de Testa, vigésimosegundo Rey de España, fundó la Ciudad de Valencia, llamada por él Roma. Los Romanos le quitaron el nombre, en honra de su Ciudad, y la llamaron Valencia, que eso dice Roma en lenguage griego.
En tiempo de este Rey Romo vinieron Griegos a España, y fundaron en Andalucía, cerca de Sevilla, a Nebrissa o Lebrija; a Iaca en las faldas de los Pyrineos.
Palatuo, su hijo, y sucesor, fundó a Palencia, en la ribera del rio Carrion, y fue despojado por Licinio Cacos, el primero que se dio a buscar minas de fierro.
En tiempo de la tiranía de este Licinio, se escribe que un Caballero Griego llamado Ferecio, pobló la Ciudad de Toledo, y que se llamó Ferezola, y que aportó a España la nao Argos.
Despues reinó Eritreo, llamado así, por ser natural de la Isla Eritrea, que es Cadiz. Era pariente de Palatuo, y acabóse en él la quinta línea Real de los Reyes de España.
Gargoris vigésimoquinto Rey de España, comenzó la sexta y última línea Real de estos primeros Reyes: y en su tiempo vinieron a esta region muchos Griegos, de los que se hallaron en la destruicion de Troya. Teucro, hijo de Telamon Rey de Egina, fundó la ciudad de Cartagena, y la llamó Teveria. Anfiloco a Anfiloquia, que es la de Orense, en Galicia. Diómedes, hijo de Tideo, en la misma Galicia, a la ribera de Miño, a Tuy, Ulises, Rey de Itaca, en la del Tajo, a Lisboa, llamada por él Ulisipo. Menesteo el Puerto de Santa María.
Los Griegos de Lacedemonia comunicaron a Españoles el llorar los difuntos, en que fueron muy largos y pesados, aunque cortos en hablar y escribir.
A Gargoris sucedió su nieto Abidis, el que fue echado en un monte a las fieras, a los perros, a la mar: peligros de que escapó dándole leche una cierva a las orillas. Dióse a andar por los montes, y cayó en un lazo de donde fue llevado a su abuelo, y túvole por sucesor. Enseñó a a sus súbditos sembrar el trigo, plantar, y engerir los árboles, y dióles leyes generales y particulares. Murió el año de mil y setenta y uno antes del Nacimiento. Con él fueron veinte y seis Reyes, y veinte y siete contando a Licinio, desde Tubal, por espacio de mil y noventa y dos años.
Acabóse cuando murió Abidis la tercera edad del mundo, y en la quarta y quinta, hasta la sexta no hubo Reyes en España, como se entenderá de los discursos siguientes.

Hispanismo

Revuelta de Indíbil y Mandonio

La La revuelta de Indíbil y Mandonio fue una rebelión de ilergetes y ausetanos contra la dominación romana en el siglo III a. C.
En 212 a. C., durante la segunda guerra púnica, los hermanos Publio y Cneo Cornelio Escipión pasaron al ataque, siendo derrotados y muertos por los cartagineses. La conducta de Asdrúbal Giscón, que exigió a ilergetes y ausetanos dinero y la entrega de la mujer de Mandonio y las hijas de Indíbil como rehenes y garantes de su fidelidad, los empezó a separar de los cartagineses. Los rehenes cayeron en manos del joven Escipión el Africano, hijo del general del mismo nombre, cuando se apoderó por sorpresa de Qart Hadasht, y el romano las trató con toda la amabilidad y distinción que les correspondía. Estos hechos decidieron los dos hermanos a abandonar el partido cartaginés, y sus fuerzas se unieron a Escipión en 209 a. C. y se firmó un tratado de alianza. La campaña terminó con la victoria romana en la batalla de Baecula.

La revuelta
En 206 a. C. las informaciones sobre la enfermedad y muerte de Publio Cornelio Escipión indujeron a Indíbil y Mandonio a una revuelta general de los ilergetes y tribus aliadas. Pronto se supo que Escipión estaba vivo y los sublevados se retiraron,[1]​ pero el general romano no estaba dispuesto a dejar la revuelta sin castigo. Cruzó el Ebro, derrotó los ilergetes y ocupó su campamento haciendo una gran matanza. Mandonio se presentó en el campo romano personalmente y se sometió al general, que le perdonó la vida y la de su hermano, y los restauró en su condición de aliados a cambio del pago de una cantidad de dinero.
Cuando en 205 a. C. Escipión salió de Hispania y fue a África, Indíbil volvió a sublevarse. Reunió un ejército de treinta mil hombres y cuatro mil jinetes, pero los romanos dirigidos por Lucio Cornelio Léntulo y Lucio Manlio Acidino se enfrentaron a los rebeldes, los derrotaron e Indíbil murió en la lucha. Mandonio pudo escapar con el resto del ejército, pero pronto fue entregado a los romanos por los propios seguidores y ejecutado.

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