Emocionados con tal hallazgo deciden vender las alhajas, cogen un tren en dirección a Cáceres e intentan negociar su venta en varias joyerías de la capital entre la que se encuentra la Joyería Gijón, pero todas se niegan a comprárselas pensando que son joyas robadas. Levantan sospechas al pasearse por tantas joyerías con tal tesoro y alguien los denuncia, lo que les conduce a prestar declaración ante la policía, tras confesarlo todo quedan en libertad. El gobierno incauta el hallazgo, pero antes lo tasa y les entrega la mitad de su valor a sus descubridores.
Seguramente cuando los hermanos Rodríguez hallaron las alhajas no fueran conscientes del gran tesoro que habían encontrado, uno de los más importantes hallado en la Península Ibérica.
El conocido como “Tesoro de Aliseda” es uno de los principales iconos de la orfebrería orientalizante peninsular, está compuesto por un conjunto de refinadas joyas de oro y plata, trabajadas principalmente mediante la técnica de la filigrana y el cincelado. Todo parece indicar que se trata de un antiguo ajuar tartésico de la Edad de Hierro, (siglo VII a. C.) y hay quien piensa que, este ajuar que probablemente perteneciese a una dama, podría estar incluso fabricado en oriente.
El tesoro está compuesto por un conjunto de joyas, entre las que destacan: una diadema, un collar, un pendiente, una pulsera, dos anillos, un cinturón y así hasta 354 piezas, la mayor parte de ellas de oro y algunas fabricadas en plata.
Actualmente todas estas joyas se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, aunque en Aliseda se puede ver una reproducción de las mismas.
Extremadura Misteriosa
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