En la orla caliza de edad cretácica que aflora entre la sierra del Guadarrama y la ciudad de Segovia se abre la cueva de la Zarzamora, objeto de estudio desde hace cinco años para un pequeño equipo coordinado por Nohemi Sala y Milagros Algaba, que desarrollan su investigación en el Centro de Evolución y Comportamiento Humanos dirigido por Juan Luis Arsuaga.
El estudio arqueológico de la cueva de la Zarzamora, cuya última campaña ha finalizado este verano, ha sido posible gracias a la complicidad de varias instituciones: Junta de Castilla y León (que ha concedido los permisos de excavación y financió la primera campaña en 2008), la Obra Social de Caja Segovia (que ha financiado las tres últimas campañas de excavación, entre 2010 y 2012), la Fundación Ancestros (que ha proporcionado apoyo logístico y económico) y el mencionado Centro de Evolución y Comportamiento Humanos (que proporciona instalaciones y laboratorios).
Gracias al enorme valor paleontológico de los fósiles recuperados, se ha podido establecer que en los alrededores de Segovia, hace más de cuarenta y cinco mil años, corrían enormes manadas de caballos. También había uros, bisontes, rinocerontes y depredadores como leopardos y hienas. Precisamente eran hienas manchadas las que tenían uno de sus cubiles en la cueva de la Zarzamora.
Segovia Directo
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