• Una
hipótesis sugiere que llegaron a la península ibérica en el periodo Neolítico,
y su llegada se data desde el quinto milenio antes de Cristo al tercer milenio
antes de Cristo. La mayoría de los estudiosos que adoptan esta teoría se apoyan
en evidencias arqueológicas, antropológicas y genéticas estimando que los
iberos procedían de las regiones mediterráneas situadas más al este.
• Otros
estudiosos han sugerido que pueden tener su origen en el norte de África,
aunque se trata de una hipótesis discutida. Los iberos inicialmente se habrían
asentado a lo largo de la costa oriental de España y, posiblemente, más
adelante se propagaron por parte de la península ibérica.
• Otra
hipótesis alternativa afirma que formaban parte de los habitantes originales de
Europa occidental y eran los creadores/herederos de la gran cultura megalítica
que surge en toda esta zona, posiblemente, una teoría respaldada por estudios
genéticos. Los iberos serían similares a las poblaciones celtas del primer
milenio antes de Cristo de Irlanda, Gran Bretaña y Francia. Posteriormente
(según la interpretación más tradicional), los celtas cruzarían los Pirineos en
dos grandes migraciones: en el IX y el VII siglo a. C. Los celtas se
establecieron en su mayor parte al norte del río Duero y el río Ebro, donde se
mezclaron con los iberos para conformar el grupo llamado celtíbero.
Los supuestos límites máximos de la expansión íbera habrían
llegado desde el mediodía francés hasta el Algarve portugués y el norte de la
costa africana.
Sin embargo, con
posterioridad, los pueblos celtíberos ejercieron influencia sobre otros pueblos
del interior de la península. Esta influencia se aprecia en la llegada del
torno de alfarero a muchas zonas de la meseta norte de la península, sobre todo
a los pueblos limítrofes del valle del Ebro, e incluso a algunos más alejados
como arévacos, pelendones o vacceos.
Los iberos fueron, en definitiva, los diferentes pueblos que
evolucionan desde diferentes culturas precedentes hacia una serie de
estructuras proto-estatales, viéndose ayudados en dicha evolución por la
influencia de fenicios, primero, y luego de griegos y púnicos, que traerán
consigo elementos de lujo que ayudarán, como bienes de prestigio, a la
diferenciación interna de los diversos grupos sociales.
La lengua ibera es una lengua paleohispánica que está
documentada por escrito. Los textos en lengua ibera se saben leer razonablemente
bien, pero en su mayor parte son incomprensibles, puesto que la lengua íbera es
una lengua sin parientes suficientemente cercanos que sean útiles para la
traducción de textos.
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