jueves, 12 de octubre de 2023

Yacimientos del Calvero de la Higuera o de Pinilla del Valle - Madrid

Las obras para un camino en 1979 pusieron al descubierto la Cueva del Camino, localizada en el promontorio Calvero de la Higuera. En el año 2002 las investigaciones de esta cueva se reanudaron bajo la óptica de un proyecto interdisciplinar gracias al que se han localizado cuatro enclaves más: Abrigo de Navalmaíllo, Cueva de la Buena Pinta, Cueva Des-Cubierta y Abrigo del Ocelado. Los yacimientos de Pinilla del Valle constituyen un enclave único para conocer los modos de vida y la relación con el entorno natural de Homo neanderthalensis durante un amplio lapso del Pleistoceno Superior.
Los yacimientos de Pinilla del Valle están asociados a las cavidades y abrigos del pequeño promontorio denominado Calvero de la Higuera, que se han originado en una de las cuestas que se encuentra levemente inclinada hacia el río Lozoya.

En 1979, la realización de un camino de servicio del Canal de Isabel II afectó a unos rellenos fosilíferos en la margen derecha del embalse de Pinilla, descubriéndose el yacimiento de la Cueva del Camino. Las primeras intervenciones en este sitio arqueológico tuvieron lugar el año de 1981, bajo la dirección del profesor Alférez, y se sucedieron a lo largo de los años 80.
Yacimientos del Calvero de la Higuera o de Pinilla del Valle
Tras un periodo de abandono, en 2002 se retomó la investigación de este enclave con un nuevo proyecto de carácter interdisciplinar, bajo la dirección de Juan Luis Arsuaga, Enrique Baquedano y Alfredo Pérez-González.

Desde entonces, además de la ya conocida Cueva del Camino, se han localizado otros cuatro yacimientos denominados Abrigo de Navalmaíllo, Cueva de la Buena Pinta, Abrigo del Ocelado y Cueva Des-Cubierta. Aunque tanto en los yacimientos conocidos como en los alrededores existen evidencias de niveles arqueológicos adscribibles al Pleistoceno Medio, son, hasta el momento, las ocupaciones más recientes, del Pleistoceno Superior, las de mayor entidad.Yacimientos del Calvero de la Higuera o de Pinilla del Valle
Los yacimientos de Pinilla del Valle constituyen un enclave único para conocer los modos de vida y la relación con el entorno natural de Homo neanderthalensis durante un amplio lapso del Pleistoceno Superior. La concentración en un cerro de unas 3 hectáreas de cinco yacimientos arqueológicos con distintos modelos de ocupación, dotan a este conjunto de una singularidad única.
Los yacimientos al aire libre, tan abundantes en las terrazas de los ríos madrileños, no permiten, salvo contadas excepciones, hacer excesivas precisiones en cuanto a la ocupación de los espacios. Sin embargo, este promontorio calcáreo conserva en su interior cavidades y abrigos que fueron ocupados con diferente intensidad tanto por homínidos como por carnívoros a lo largo del tiempo, preservando ricos conjuntos en estratigrafía.
La Cueva del Camino es una antigua cavidad desmantelada cuyos rellenos fosilíferos se han conservado. Se ha recuperado un importante conjunto de fauna del periodo interglacial MIS 5. Además se ha podido establecer una datación para el nivel 5, del que procede la mayor parte de los fósiles, de unos 90.000 años. Por otra parte, en los años 80, la excavación de este yacimiento permitió recuperar dos molares de la especie Homo neanderthalensis, si bien los fósiles recuperados en dichos rellenos fueron depositados por la hiena manchada, sin que se haya podido hasta ahora observar evidencia alguna de ocupación humana en este yacimiento.

El Abrigo del Ocelado es una pequeña galería situada al Sur de la Cueva de la Buena Pinta que fue excavada durante la campaña de 2006. Aparentemente se trata de un pequeño cubil de hienas, sin que se haya documentado presencia humana de ninguna índole.

La Cueva Des-Cubierta fue localizada el año 2009 tras una campaña de prospección. Se trata de una gran galería cuyo techo había desaparecido por la erosión. Sus rellenos pertenecen al Pleistoceno Medio y al Pleistoceno Superior. Los del Pleistoceno Medio contienen al menos un cubil de hienas. En los niveles pertenecientes al Pleistoceno Superior se han recuperado restos humanos infantiles pertenecientes, una vez más, a la especie Homo neanderthalensis. El estudio de este yacimiento aún se encuentra en una fase inicial.
El Abrigo de Navalmaíllo, localizado en 2002, es un gran abrigo de unos 300 m² con las cornisas desplomadas. Destaca por la riqueza y buen estado de conservación de su registro arqueológico y paleontológico. Fue un lugar de habitación en el que el Homo neanderthalensis llevó a cabo tareas domésticas, entre las que sobresale la talla lítica, habiéndose recuperado un conjunto musteriense fabricado en su mayor parte en cuarzo, y unas pocas piezas el sílex y otras rocas como la cuarcita. Como ocurre en distintos yacimientos europeos de similar cronología, la industria del Abrigo de Navalmaíllo muestra una marcada tendencia al microlitismo. Es igualmente reseñable el consumo de carne. Los restos de fauna, principalmente de herbívoros, presentan abundantes marcas de corte y fracturas en fresco. Los estudios de huellas de uso confirman la utilización de las herramientas en estas tareas de descuartizado, así como en otras relacionadas con el trabajo de la madera o de la piel.

La principal ocupación del abrigo se corresponde al el nivel F, para el que contamos con fechas entorno a los 70.000 años. En este nivel, la presencia de hogares y concentraciones de restos indican la existencia de cierta estructuración del espacio y confirman la intensidad de la ocupación humana.
La Cueva de la Buena Pinta es una cavidad de origen freático, parcialmente desmantelada al exterior, descubierta el año 2003. Esta cueva consta de varios rellenos fosilíferos. El superior pertenece al Holoceno y, al menos cuatro niveles inferiores, al Pleistoceno Superior. Las dataciones por termoluminescencia permiten fechar los niveles de Pleistoceno Superior en unos 60.000 años. La Cueva de la Buena Pinta también cuenta con restos dentales de Homo neanderthalensis. Parece que los homínidos visitaron esta la cavidad de manera esporádica, localizándose los restos líticos principalmente en la zona exterior de la cavidad. Sin embargo, no hay evidencias de hogares, y la presencia de industria es mucho menor que en el abrigo de Navalmaíllo. Las ocupaciones humanas se produjeron probablemente en los momentos en las que la cavidad tenía un mayor vestíbulo. Posteriormente, cuando los rellenos hicieron disminuir el tamaño de la cueva, fue utilizada repetidamente como cubil de carnívoros,  fundamentalmente hienas, siendo esta la principal ocupación de la cueva
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