viernes, 7 de diciembre de 2018

La Coraja - Aldeacentenera


La Coraja está rodeada por un recinto amurallado, uno exterior que bordea el castro y otro interior, de menores dimensiones que se construyó para proteger la acrópolis del poblado. Su extensión puede oscilar entre las dos y las cuatro hectáreas. Las primeras excavaciones se realizaron precisamente en la acrópolis. Las cabañas no sobrepasaban los cuatro o cinco metros de largo por los tres o cuatro de ancho. Se realizaban con un zócalo de pizarra, adobe de barro y techumbre de paja. «Lo que se excavó de las viviendas fue a una altura de unos 50 o 60 centímetros», concreta el director de las excavaciones, José Antonio Redondo. 
El castro está situado en la parte alta de la sierra, en un lugar de fácil defensa y con un buen abastecimiento de agua, ya que se encuentra en las proximidades del río Almonte y el arroyo el Moro. En el poblado habitaban entre 400 y 500 personas, puntualiza. 
El castro de La Coraja fue el primer yacimiento celta excavado en Extremadura, en el término municipal de la localidad cacereña de Aldeacentenera. 
Diez años después del fin de las excavaciones (1996) La Coraja pervive en la memoria de muchos, y en el 'olvido' de otros.
El Departamento de Historia Antigua de la Universidad de Extremadura inició las obras en 1984. con el objetivo de realizar estudios más exhaustivos sobre la historia de los castras celtas en la región. La cronología de este pueblo vetton (considerado por los arqueólogos como uno de los más importantes por su tipología urbanística, religión, armamento y cultura común) data del siglo V a. C. hasta el siglo I d. C, momento en el que fue abandonado por el cambio de orientación económica de la zona, según el director de las excavación, José Antonio Redondo.

(Hoy)

No hay comentarios:

Publicar un comentario