miércoles, 23 de septiembre de 2020

Closos de can Gaià - Felanitx


Closos de can Gaià es un antiguo poblado de navetas, muy cercano a la costa del levante mallorquín, concretamente lo encontramos en la localidad de Portocolom, Felanitx. Para llegar a este yacimiento en Mallorca desde el mencionado municipio, tenemos que coger la carretera PM-401/412 y desviarnos a la altura de la calle del Vapor de Santueri. A menos de 200 metros de la entrada al pueblo portuario, veremos una zona de acebuches. Es aquí donde encontraremos este poblado de la Edad del Bronce, conocido en las Baleares como periodo Naviforme.

El poblado fue ocupado desde el 1800 antes de la nuestra era (a.n.e.) hasta el 750 a.n.e., al poco de la aparición de las comunidades talayóticas, alrededor del siglo IX. Los poblados de navetas se caracterizan por estar formatos por casas en forma de barco invertido (naves). De estas casas hay que destacar su monumentalidad, puesto que son grandes edificios con paredes de grandes bloques de piedras, algunas de varias toneladas de peso, cubiertas por un entramado de ramas de acebuches recubiertas de barro, para impermeabilizarlas. Miden unos 15-20 m de largo, 5-6 m de ancho y 3 m de altura construidos. Cada edificio acogía una familia extensa, que podría llegar a los diez miembros.

Las casas de este yacimiento arquelógico en Felanitx constan de dos espacios: uno privado, de uso familiar, y uno de uso común. Este último, situado en la entrada del edificio, era donde se reunirían los diferentes miembros de la casa con otras personas de la comunidad. Aquí se podrían haber debatido aspectos cotidianos, o negociado, valorado y planificado acciones comunes, como la edificación de una nueva vivienda. Este hecho implicaba a toda la comunidad y era una acción colectiva, que no sólo daba cabida a la formación de un grupo familiar nuevo, sino al refuerzo de los lazos establecidos entre los diferentes miembros del poblado mediante el trabajo y el apoyo mutuo.

Las comunidades naviformes se dedicaban, principalmente, a la ganadería y la agricultura, complementadas por la explotación de los recursos marinos, especialmente en un lugar tan cercano a la costa como Closos. Además, también dominaban la metalurgia del bronce, que empleaban para la elaboración de productos de ornamentación, como brazaletes, o para la fabricación de herramientas más o menos cotidianas o rituales que acompañaban los muertos.

Estos eran enterrados en tumbas colectivas, los llamados hipogeos o en cuevas funerarias, cercanas a los poblados o en acantilados, al borde la mar. A menudo, con los muertos, encontramos objetos llegados de fuera, hecho que evidencia que estas comunidades tenían contactos con navegantes en sus travesías por el Mediterráneo.

En Closos, se conservan perfectamente visibles cinco navetas además de otras estructuras muy interesantes. La visita es muy fácil y agradable, puesto que el yacimiento arqueològico está perfectamente restaurado y museizado.

Si te decides a visitar este yacimiento también podrás disfrutar de las jornadas de recreación histórica que se realizan cada año a lo largo del mes de agosto. Si asistes a estas jornadas se te invitará a viajar en el tiempo, con la ayuda de tu imaginación y de los conocimientos y pedagogía de los arqueólogos.

ArqueoMallorca

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