Las cuevas fueron las primeras viviendas estables que tuvimos los seres humanos, y en ellas vivimos durante milenios.
Las bodegas rupestres y las casas-cueva son una variación de este tipo de vivienda, y en cierta manera continuadoras de esta tradición. Además, como ya comentamos, Borja surgió junto a una cueva: la Cueva Esquilar. Incluso pudo haber surgido en ella.
Decimos que pudo porque esta cueva no se ha excavado todavía, y es muy posible que allí, por su localización, se encuentren restos arqueológicos de ocupación de la Edad del Hierro y celtibéricos. Esta cueva, que tiene una amplitud considerable, está en la parte superior de la ladera este del cerro del mismo nombre y en el extremo norte del barrio de las bodegas.
De hecho hay bodegas a pocos metros de esta cueva. Es visible llegando a Borja desde Mallén y se ve cerca de la cima del cerro. No es difícil acceder a ella y además hace poco tiempo fue adaptada para poder visitarla gracias a la labor desinteresada de un vecino, Felipe Ruiz, que junto a su nieto la limpió de la basura que se había acumulado en su interior.
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