Esta ciudad íbero-edetana conocida como Arse, con el tiempo daría lugar a la ciudad hispanorromana de Saguntum. Se habla de la ciudad de Sagunto en algunos textos de la literatura clásica, relacionados con los acontecimientos sucedidos en la segunda guerra púnica. Silio Itálico atribuye la fundación mítica de la ciudad a Heracles, que halla su reflejo en las monedas.
La historia de Sagunto como ciudad portuaria es muy extensa. Ya en el siglo III a. C., Sagunto (en aquella época, ciudad de origen griego —emporio— y aliada de Roma) constituía un punto estratégico en el comercio por el mar Mediterráneo con la ceca más importante de Edetania. En dicha época, comerciantes de Sagunto vivían instalados en las proximidades del puerto (fuera de la ciudad amurallada) con la finalidad de hacer prósperos sus comercios con las mercaderías que traían los marineros que arribaban a Sagunto. Este puerto antiguo es el barrio conocido como el "Grau Vell" (Puerto Viejo).
Siglos VII-IV a. C. - En aras de una visión global, los iberistas han ampliado el marco cronológico y físico al área del Baix Palancia (Bajo Palancia), concretamente al estudio de su poblamiento ibérico. Ahora bien, en palabras de María Ángeles Martí Bonafé «la envergadura e importancia de los restos arqueológicos de cronología romana ha condicionado las actuaciones llevadas a cabo en el yacimiento, así como en el enclave portuario del Grau Vell»
La doble toponimia Arse-Saguntum, evidenciada numismáticamente, no demuestra por sí sola la existencia de un asentamiento colonial romano en las cercanías de la ciudad ibérica, sino que «es más plausible que esta ciudad tuviera dos nombres, uno ibero y otro latino». Sin embargo, el estatus de colonia de Saguntum está atestiguado por varias emisiones monetarias. l topónimo ibérico, Arse, atestiguado en las monedas locales a partir del siglo III a. C., y el latino de Saguntum, deducible del etnónimo Saguntinorum, y asociado al ibero desde el último tercio del siguiente siglo, responderían llanamente a una estrategia, urdida por el Senado romano, para justificar una guerra con la que logró la hegemonía en el Mediterráneo Occidental.
La ciudad edetana, fue asediada por el general cartaginés Aníbal en el año 219 a. C. al ser su emplazamiento estratégico. El sitio duró meses, y los habitantes de Arse basaron su estrategia en impedir a Aníbal superar las murallas que rodeaban la ciudad. No obstante, la negativa de ayuda de las comarcas adyacentes, que veían con temor el creciente poder de Arse sobre los pueblos de la región, pudieron resistir los envites del ejército cartaginés para tomar la ciudad. La situación se hizo insostenible después de la negativa de la República romana a enviar ayuda a los saguntinos. La ciudad, desmoralizada, pudo resistir unos meses más, ante un ejército mayor en número y en recursos; hay que tener en cuenta que el ejército que la asediaba se había formado con el objetivo final de derrotar a Roma. Además de estar comandada por uno de los grandes caudillos de la antigüedad. Después del asedio, Aníbal se encontró con una ciudad desolada, parcialmente destruida y quemada. Aquello hizo enfurecer al cartaginés que había sacrificado tiempo, soldados y recursos en su conquista. Cuenta la leyenda, que los ciudadanos de Sagunto al no recibir ayuda de los romanos, y negándose a rendirse, decidieron encender una gran hoguera y lanzarse todos a ella. Así se inició la segunda guerra púnica entre Cartago y la república de Roma. El papel decisivo de Arse en el desarrollo de esta guerra ha sido tratado tanto por la historiografía antigua como por la moderna A menudo también se ha recurrido sobre este aspecto a sus acuñaciones monetales y a su epigrafía.
Siete años después, la ciudad fue recuperada por los romanos, y renombrada Saguntum. En 214 a. C. pasó a ser administrada como municipium (municipio romano). Los romanos construyeron un gran circo en la parte baja de la ciudad y un teatro con un aforo para ocho mil espectadores.
Wikipedia
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