Desde Santa María de Huerta se coge una pista que pasa por debajo la A2, para girar a la derecha y coger una pista en dirección Zaragoza, paralela a la A2, hasta la linde entre Soria y Zaragoza, a pie siguiendo la linde que remonta la pendiente izquierda de la carretera se llega al yacimiento celtibérico.
El yacimiento se sitúa en un cerro de irregular topografía, en la linde de la provincia de Soria y Zaragoza, a la altura del kilómetro 182 de la antigua N-II, dominando la vega del Jalón en dirección a Arcobriga (Monreal de Ariza) y por su fachada norte la cañada que viene desde Almaluez. Es un enclave estratégico, fundamentalmente destinado al control de un amplio territorio.
Fue excavado y descrito por Aguilera y Gamboa, Marqués de Cerralbo, en 1909, al que denominó “castro ciclópeo”. Posteriormente revisa esta yacimiento Taracena, en su carta Arqueológica de la provincia de Soria (1941) y finalmente fue objeto de atención de Marian Arlegui, en la publicación sobre “El Jalón, vía de comunicación” (1990).
Por debajo de la fortificación celtibérica, el Marqués de Cerralbo halló restos ((punta de sílex lanceolada, una lasca de sílex con retoques, una lámina de cobre, vasos de barro tosquísimos) que cabe atribuir a época calcolítica.
Por encima de esta débil ocupación se construyó posteriormente la potente fortificación de época celtibérica, cuyos restos son visibles.
Esta fortificación se instaló en la cota más alta del cerro, utilizando para su construcción grandes bloques de piedra, toscamente tallados, de ahí el nombre de “castro ciclópeo” que le dio su excavador.
-El recinto fortificado se diferencia un torreón o recinto fortificado de planta rectangular y paramentos verticales (22,5 m por 8,70 m), con una pequeña entrada, en la esquina del sudeste, a la que se accede mediante tres escalones.
Los muros se levantaron con grandes piedras, en algunos casos de hasta 3 m por 0´90 m de altura, que se asentaron en seco y se calzaron con piedras de menor tamaño, conservándose en algunos tramos hasta 3 m de altura.
-El fosoestá separado dos metros del lado norte del recinto fortificado y tiene 4 m de anchura, fue realizado al extraer la piedra para la construcción del torreón.
-La muralla por la vertiente norte, más desprotegida, existen restos de lo que pudo ser la muralla del poblado.
En el interior se observan muros de mampostería que deben de corresponder a viviendas de planta rectangular, así como en la vertiente oeste. En una de estas habitaciones se halló un gran fragmento de tinaja roja celtibérica pintada con círculos concéntricos de factura celtibérica. Aunque Taracena interpretó la torre como ibérica, anterior al siglo III a.C., y el recinto adosado como posterior ya de época celtibérico, de los siglos III-II a.C., creemos que todo el conjunto corresponde a este momento.
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