Se ubica en el concejo de Peñamellera Alta, en un espolón calizo ubicado en las cercanías del pueblo de Llonín. Fue descubierta en el año 1957, aunque sus representaciones artísticas no son identificadas hasta 1971. Su delicado estado de conservación hace inviable la apertura pública.
Inicialmente investigada por Magin Berenguer Alonso, desde el año 1984 y por encargo de la Consejería de Cultura del Principado de Asturias, la investigación arqueológica y artística de la cueva de Llonín es llevada a cabo por J. Fortea y M. de la Rasilla. Esta investigación ha puesto de manifiesto una amplia ocupación de la cueva, desde el Musteriense hasta la Edad de Bronce.
El arte rupestre se desarrolla a lo largo de las distintas culturas que conforman el Paleolítico Superior, determinadas a partir de un paciente estudio de las paredes, analizando las superposiciones entre representaciones, las técnicas de ejecución de las figuras, los elementos comparativos con otras cuevas cantábricas y la relación con los depósitos arqueológicos documentados:
1ª fase (gravetiense): figuras y signos de trazo lineal en color rojo. Destaca una figura antropomorfa femenina, y un gran signo serpentiforme.
2ª fase (solutrense): signos rectangulares y animales de trazo lineal realizados en color negro.
3ª fase (magdaleniense inferior): figuras animales, fundamentalmente ciervas, realizadas con técnica de grabado a partir de una trazo múltiple perfilante y un relleno interior de trazos estriados con intención de modelado. Representan un estereotipo formal repetido en otras cuevas cantábricas, de las cuales Llonín es el mejor ejemplo en su vertiente parietal.
4ª fase (magdaleniense medio): Figuras grabadas con trazo simple en su contorno y coloreadas de negro. Se representan en esta fase renos, ciervos y caballos.
5ª fase (magdaleniense superior): figuras naturalistas de bisonte, caballo, cabra y ciervo grabadas con trazo fino y detallista.
(Asturnatura)
(Asturnatura)
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