lunes, 29 de julio de 2024

Los Corrales de Acusa - Canarias

El conjunto arqueológico de Acusa se localiza en el área Noroeste de la Cuenca de Tejeda, dentro del municipio de Artenara y constituyó uno de los núcleos poblacionales de los antiguos canarios más importantes existiendo gran cantidad de evidencias muebles e inmuebles, tales como cuevas de habitación, graneros, enclaves sepulcrales, etc., con un grado desigual de conservación.

La mayoría de los restos arqueológicos se encuentran en la fortaleza natural de Acusa, que es una meseta de paredes verticales. Se encuentra delimitada por los barrancos de Tejeda y El Merino. Ambos se unen para confluir en el Barranco Grande. Este hecho le confiere una posición estratégica por el gran dominio visual de casi toda la cuenca de Tejeda y por ser paso natural hacia la costa a través del citado barranco.

La Vega, si bien constituyó parte importante y vital para los antiguos pobladores, hoy en día no conserva yacimientos arqueológicos destacables.

Yacimientos principales

Está formado por 9 cuevas distribuidas en dos niveles, localizadas bajo un gran solapón natural al este de la meseta. La mayor parte de ellas son artificiales. En el primer nivel se pueden apreciar restos de muros más recientes, para guardar el ganado, en lo que probablemente fueron cuevas-vivienda. De todo el conjunto destacaremos 2 cuevas por contener manifestaciones rupestres consistentes en pinturas. Los colores blanco y rojo conforman la decoración de las citadas estancias.

Acusa Seca





sábado, 27 de julio de 2024

Parque Paleolítico Vivo = Burgos

Recreación del Paleolítico

El parque Paleolítico Vivo se localiza en la localidad de Salgüero de Juarros a pocos kilómetros de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca.

En el interior de  un imponente bosque de robles centenarios tiene lugar  una experiencia única que aúna arqueología y naturaleza. Mediante  experimentaciones didácticas, se narra el significado del arte paleolítico,  los tipos de hábitat de las primeras poblaciones humanas -recreados en un campamento paleolítico ambientado con replicas de los útiles hallados en las excavaciones-,  las técnicas de caza  paleolíticas y  los modos de vida  de nuestros antepasados prehistóricos.

Pero la novedad más sobresaliente del parque reside en que las actividades mencionadas se ambientan en una reserva de fauna   en la que podemos pasear, entre otras especies, junto a bisontes europeos, caballos Przewalski -caballos prehistóricos en peligro de extinción-,  o grandes bovinos que recuerdan a los uros extintos. Se trata en definitiva de  un viaje en el tiempo que permite conocer cómo eran algunos de los animales que vivieron en Europa hace 10.000 años y a la vez  realizar una inmersión total en la Prehistoria. 

LOCALIZACIÓN

El parque se sitúa en las inmediaciones de la localidad de Salgüero de Juarros. Se accede a las instalaciones mediante servicio guiado que se oferta en la citada población.

Junta de Castilla y León



sábado, 20 de julio de 2024

Cueva del Parpalló = Valencia

La Cova del Parpalló es una de las cuevas más importantes del mundo del Paleolítico Superior, en la que se encontró una colección de plaquetas de arte rupestre (+6.000). Está catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC) y está incluida en la lista del Patrimonio Mundial por la UNESCO del Arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica.

Se trata de un abrigo natural situado dentro del Paraje Natural Municipal. 

 La cueva contó con presencia humana de forma continuada entre el 29.000 a.C. y el 11.000 a.C.



miércoles, 17 de julio de 2024

Asentamientos de Guardamar del Segura - Alicante

 

Guardamar del Segura cambió su ubicación original tras sufrir los efectos del Terremoto de Torrevieja.
Existen diferentes asentamientos fenicios, íberos, romanos e islámicos en diversas partes del municipio de Guardamar del Segura, así como en el cerro sobre el que se erigía, antaño, el castillo y la antigua ciudadela. Esta ubicación se abandonó tras ser asolada durante una serie de seísmo ocurridos en el año 1829. Las primeras tres décadas del siglo XIX estuvieron marcadas por una alta sismicidad que afectó, sobre todo, al sureste peninsular y, más concretamente a la Gobernación de Orihuela. Gracias al trabajo de campo que realizó el ingeniero José Agustín de Larramendi, con motivo del fuerte terremoto del 21 de marzo de 1829 y posteriores, podemos saber que, anteriormente, hubo seísmos de magnitudes similares en los años 1802, 1823 y 1828, así como centenares de réplicas o movimientos de tierra de menor magnitud que, en conjunto, formarían parte de una serie de seísmos, sobre todo los ocurridos entre septiembre de 1828 y abril de 1829.
Tal fue la actividad sísmica de la zona que, llegado el fatal día del 21 de marzo de 1829, muchas de las casas y demás edificaciones ya se encontraban seriamente dañadas. Diferentes investigadores estiman que la magnitud de este seísmo debió ser de en torno a 6,6 en la escala de Richter. Pero Guardamar del Segura, que hasta entonces se erigía en la ciudadela amurallada situada al norte del castillo (adosada a este) y, frente a esta (extramuros), en lo alto del cerro, resistió aquel día para, dos días más tarde, el 23 de marzo, ser finalmente asolada por otro seísmo que afectaría, principalmente, a esta población y a San Fulgencio.
Larramendi indicaba en su escrito que en Guardamar habían fallecido ocho vecinos a causa de los terremotos, de un total de 389. Almoradí fue la población que sufrió más bajas, lugar en el que los altos edificios colapsaron sus estrechas calles, aplastando a quienes se encontraban en estas. El mismo ingeniero fue quien se encargó de redactar los proyectos de reurbanización de los pueblos que habían quedado asolados y, así, determinó que el nuevo núcleo se debía erigir entre el cerro del castillo y la costa. La nueva planta se caracterizaba, sobre todo, por contar con calles más anchas y casas de una sola altura, en las que se debían realizar diferentes mejoras, respecto a las anteriores, para evitar que los tejados cayeran con facilidad. De este modo, Larramendi fijaba una serie de normas que determinarían la imagen de Guardamar, y de otros pueblos, con el fin de minimizar los daños en caso de que ocurriesen, de nuevo, tan graves seísmos. Pero, tal vez, a nivel general no se han tenido en cuenta sus normas.
Ya en su nueva ubicación Guardamar fue, de nuevo, amenazada por la propia naturaleza, aunque en este caso se pudo actuar con antelación para evitar males mayores. Fue a finales del siglo XIX, cuando el incesante avance de las dunas comenzó a sepultar diferentes campos de cultivo, así como algunas casas del municipio. En esta ocasión, el ingeniero forestal aspense Francisco Mira y Botella se hizo cargo del asunto y, en este sentido, determinó plantar miles de pinos, palmeras, eucaliptos y numerosas plantas sobre las propias dunas. Los trabajos se llevaron a cabo durante los primeros años del siglo XX y, finalmente, las raíces de los diferentes árboles y plantas consiguieron frenar el avance de las dunas.
Guardamar fue reconstruida una vez y salvada de ser sepultada. Una noticia, aparecida en prensa en 2016, informaba acerca de un estudio sobre la vulnerabilidad sísmica en la zona, calificando a Torrevieja como la población con más riesgo, en la cual, en torno a un 30% de sus edificios resultarían dañados ante un temblor de intensidad VII o mayor. Además, Crevillente, Elche y Orihuela sufrirían similares desperfectos, según el citado estudio. Los expertos estiman que el periodo de retorno sísmico es de 500 años, aunque podría ocurrir en cualquier momento.

Sendas y Leyendas 

domingo, 7 de julio de 2024

Lagos de Salave [Salave, Tapia de Casariego] = Asturias

El oro se halla escondido en Tapia de Casariego. Literalmente. En concreto en las Lagunas de Salave, un paraíso de madreselvas, plantas protegidas y vegetación que forman un amplio bosque tupido a poca distancia de Tapia. Un lugar alejado del mundanal ruido, olvidado por el hombre y donde a veces es necesario perderse. Este bosque, al estilo cuento de Andersen, deja imaginarios pasajes en los que aparecen Hansel y Gretel buscando el camino a casa. Aunque si miraran debajo de las lagunas, se harían dueños de otro cuento, ya que encontrarían una antigua mina romana en el que el oro brota de la tierra. Igual llamaban a los siete enanitos para que lo extrajeran. En cualquier caso, a buen seguro que aunque no fuera su ansiada casita de chocolate, también quedarían contentos con su audacia. Una que, además, se coronaría con el espectacular paisaje boscoso que las lagunas que Salave o Silva aguarda y que culmina en preciosos acantilados que bordean la costa Cantábrica. Estas lagunas conforman un sendero que alberga una de las rutas más enigmáticas de la localidad, dotándola de una riqueza paisajística sin igual, donde lo material pierde importancia. Y es que cuando uno llega hasta Salave, entiende por qué el oro decidió ocultarse aquí

Guía Repsol