Hasta finales del siglo XX la etapa protohistórica correspondiente al Bronce Final- Hierro I en el área sudoccidental de la Meseta no contaba con una documentación arqueológica suficientemente amplia para proceder a su caracterización.
En los últimos años los trabajos desarrollados en poblados como Alarcos han logrado obtener una interesante información sobre estructuras de hábitat que han permitido contextualizar y fechar un amplio y variado elenco de cerámicas pintadas postcocción, entre otros materiales arqueológicos, que solo se conocían por prospección superficial.
Destaca una vajilla cuidada decorada, pensada para un uso selecto que reproduce modas y costumbres de clara inspiración tartésica como las cerámicas de tipo Carambolo y de retícula bruñida, cuya presencia no sería resultado de una posible colonización tartésica sino el fruto de intercambios comerciales.
Gracias a la investigación en curso se empiezan a detallar las características del nuevo patrón de poblamiento que empieza a gestarse en la transición del II al I milenio a.C. en el valle medio del Guadiana, cuyo dinamismo y relaciones comerciales con el Bajo Guadalquivir ponen de manifiesto los materiales cerámicos de este estudio.
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