La verdad, no entiendo cómo un ejemplar histórico tan antiguo y valioso pueda estar aquí, a la intemperie, expuesto al desgaste y a posibles actos vandálicos (el año pasado amaneció lleno de pintadas y grafitis). Se ha convertido en el lugar de juego preferido de los niños, que no paraban de subirse a él (era prácticamente imposible poder tomar una fotografía sin críos).
Esta peculiar escultura está incluida en la "Ruta de Los Castros y los Verracos" de la provincia de Salamanca. Fue descubierta en las inmediaciones del río Águeda en el siglo XVII.
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