En el municipio de Boal, parroquia de Doiras, lugar de Froseira, el río Ourubio riega la falda del monte Llanteiro, donde a 450 metros de altitud se encuentra la Cova del Demo, utilizada durante mucho tiempo como abrigo para el ganado y refugio durante la guerra civil. Esta zona siempre estuvo envuelta en un halo de misterio, de presencias malignas muy propicias para la celebración de aquelarres, etc. Son frecuentes los topónimos que hacen referencia al diablo como Cedemonio, etc.
Pedro Pablo Pérez Rodríguez y Miguel Ángel de Blas Cortina con Elías Carrocera, ambos profesores de la Universidad de Oviedo, realizaron los primeros estudios de esta cueva cuarcítica de unos 15 metros de profundidad y 8 de altura en la que aparecen pinturas de zoomorfos y antropomorfos de carácter esquemático, que por su tipología se podrían relacionar con la corriente esquemática naturalista que surge en el levante español. Las pinturas datan de la segunda mitad de la Edad de Bronce entre los 1500 y 1100 años a.C.
Ha sido declarada Bien de Interés Cultural del Patrimonio Histórico del Principado de Asturias (máxima protección), según la Ley 16/85 de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.
A la cueva se accede a pie desde Froseira, a través de una empinada cuesta de unos 2000 metros, correctamente señalizada. Está cerrada al público con una verja y para visitar su interior se requiere un permiso especial de la Consejería de Cultura del Principado de Asturias.
La Cova del Demo es el único yacimiento arqueológico en cueva del occidente de Asturias, lo que conlleva más dificultades para su estudio comparativo al no disponer de referencias próximas. La mayoría de las pinturas están en la pared izquierda y aparecen en grupos aislados, divididos en bloques, aprovechando las superficies lisas de la roca. Son de color rojo, en varias tonalidades, seguramente debido al paso del tiempo y al deterioro por la abundancia de agua que corre por las paredes continuamente, sin olvidar la calidad originaria de las pinturas. La técnica utilizada es la tinta plana, es decir, pintar directamente sobre la piedra.
La pared derecha es más abrupta y menos propicia para la pintura, de ahí que las existentes sean escasas y aprovechen los pocos planos lisos que hay.
(Asturias Paraíso Natural)
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