Cambre guarda bajo tierra una valiosa fuente de información sobre su pasado. En un lugar predominante sobre el valle del Mero, frente a la iglesia románica de Santa María, permanece el castro cambrés, un testigo de la edad de hierro aún por conocer que completa un triángulo arqueológico en el que en apenas 300 metros conviven muestras del pasado castrexo, romano y medieval. La falta de fondos impide excavar por ahora, sostiene el Gobierno local, que mantiene el estudio del yacimiento entre los proyectos para el futuro.
Un castro imperaba en todo el valle del Mero y sobre otros cinco o seis castro de la zona en la edad de hierro: el de Cambre. Las huellas de la vida 'castrexa' del municipio permanecen bajo tierra a falta de fondos que permitan excavar el yacimiento y conservar los restos. El director del museo romano, Ramón Boga, ve en el castro una fuente de información que desvelaría cómo se vivió en Cambre antes de los romanos y cómo transcurrió la transición tras su llegada, además de un potente atractivo turístico para el pueblo
Un castro imperaba en todo el valle del Mero y sobre otros cinco o seis castro de la zona en la edad de hierro: el de Cambre. Las huellas de la vida 'castrexa' del municipio permanecen bajo tierra a falta de fondos que permitan excavar el yacimiento y conservar los restos. El director del museo romano, Ramón Boga, ve en el castro una fuente de información que desvelaría cómo se vivió en Cambre antes de los romanos y cómo transcurrió la transición tras su llegada, además de un potente atractivo turístico para el pueblo
(La Opinión)
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