La cueva de la Laja Alta es una muestra del arte rupestre en España y pertenece al conjunto de arte rupestre denominado arte sureño. Fue localizada en Jimena de la Frontera (Cádiz) en 1978 por Salvador Corbacho Rey, vecino de esta localidad, quien puso en conocimiento de las autoridades de la Consejería de Cultura el descubrimiento. Se trata de un conjunto de arte esquemático rupestre cuyo motivo central lo constituyen un grupo de embarcaciones que podrían considerarse como una escena naval o incluso como un catálogo de navíos de época protohistórica.
La singularidad del abrigo, situado sobre el valle de la Garganta de Gamero, en la finca de Jateadero, podría ilustrar un elemento crucial de la cultura occidental: el encuentro de las culturas del interior del Mediterráneo, con un grado de dominio del medio ya considerable y los pueblos de cultura ibérica del sur de la Península, cuyas riquezas fueron legendarias incluso para civilizaciones como la griega, en cuya mitología se alude en no pocas ocasiones a la zona.
Es posible que el desconocido pintor tuviera que bajar al estrecho de Gibraltar varias veces, posiblemente al puerto de la Carteia prerromana para poder plasmar con tanta precisión esas naves con mascarones de proa o de popa, de remos, a velas, o con mezcla de ambos sistemas de propulsión.
El sitio escogido para este grafito prehistórico es significativo. En primer lugar, por la existencia de un soporte físico adecuado, un abrigo excavado por la acción erosiva conjunta del viento y el agua sobre la frágil roca arenisca, a través de un proceso que aún puede observarse in situ e indicado por la aparición de arena cuarcífera en el piso de la cueva. Pero además, desde el estrato rocoso, conocido como laja por los alcornocaleños, es posible contemplar la bahía de Algeciras presidida por el peñón de Gibraltar.
Destacan por tener escenas de pesca en barcos, que podrían ser las más antiguas del ser humano (actualmente en estudio). Además hay figuras de jinetes y otros dibujos esquemáticos.
Aún existe debate sobre la verdadera antigüedad de los barcos. Hasta hace poco se creía que serían barcos de época histórica. Algunos investigadores llegaron a proponer que los modelos de inspiración del autor de las pinturas serían barcos fenicios o tartésicos. Sin embargo, recientes dataciones científicas por radiocarbono sobre trazos negros asociados y cercanos a los barcos y de termoluminiscencia sobre cerámica del nivel de ocupación más reciente, realizadas por un equipo de científicos dirigido por el Dr. Eduardo García Alfonso de la Universidad de Granada, ha permitido proponer -por extrapolación- una antigüedad no menor a 6000 años. Estas nuevas dataciones fueron realizadas en dos laboratorios. Las muestras de pintura en EE.UU., mientras que la cerámica -hallada en el nivel más reciente de ocupación- fue datada en un laboratorio de España y arrojó igualmente la misma fecha en torno a los 6000 años, ie., 4000 adC.
Podría tratarse de las primeras representaciones de la humanidad de barcos propulsados por vela, además de por remos, pues la anteriormente considerada como la más antigua representación de un barco propulsado por vela, un petroglifo hallado en Egipto, se estima entre unos 500 a 700 años más reciente. No obstante, el petroglifo no ha podido ser datado por ningún método científico conocido. Para el Dr. García Alfonso no hay duda alguna de que los barcos son anteriores al 4000 adC. Es decir, que serían de entre finales del Neolítico y principios del Calcolítico, como fecha más reciente. Estas conclusiones han sido publicadas en el reciente documental: “El Neolítico: puerta de la civilización” (junio, 2016). Así concluye el citado director del proyecto de datación científica de las pinturas rupestres de Laja Alta en dicho documental: “Hay que tener la mente un poco abierta, y pensar que quizás la historia no es como la hemos contado en los últimos cuarenta o cincuenta años”.
(Wikipedia)
No hay comentarios:
Publicar un comentario