Tartessos o Tartéside fue el nombre por el que los griegos conocían a la que creyeron primera civilización de Occidente. Posible heredera del Bronce final atlántico, se desarrolló en el triángulo formado por las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, en la costa suroeste de la península ibérica, durante el Bronce tardío y la primera Edad del Hierro. Los tartesios parece que desarrollaron una lengua y escritura distinta a la de los pueblos vecinos y, en su fase final, tuvieron influencias culturales de egipcias y fenicias.
La tradición literaria clásica dice que su forma de gobierno era la monarquía y que poseían leyes escritas en verso en tablas de bronce desde tiempo inmemorial. La primera fuente histórica que alude a Tartessos es la Historia de Heródoto, del siglo V a. C, que habla del rey Argantonio (significa Hombre de plata) y su incontable riqueza, sabiduría y generosidad.
Tartessos desapareció abruptamente de la historia. Los centros de poder político-económico se desplazaron hacia la periferia del área tartésica, concentrándose en Carmona o Cástulo, que darían lugar a los estados iberos turdetanos.
Existe una serie de lápidas sepulcrales halladas en el Algarve, Alemtejo y bajo Guadalquivir que contienen inscripciones en un idioma desconocido pero que parece ser que es de tipo semisilábico y se escribe de derecha a izquierda. En ellas se ha querido ver una representación del idioma tartésico, del que parece que derivó la lengua hablada por los turdetanos, de los que dice Estrabón que tenían escritos y leyes con más de 6000 años de antigüedad.
La tradición literaria clásica dice que su forma de gobierno era la monarquía y que poseían leyes escritas en verso en tablas de bronce desde tiempo inmemorial. La primera fuente histórica que alude a Tartessos es la Historia de Heródoto, del siglo V a. C, que habla del rey Argantonio (significa Hombre de plata) y su incontable riqueza, sabiduría y generosidad.
Tartessos desapareció abruptamente de la historia. Los centros de poder político-económico se desplazaron hacia la periferia del área tartésica, concentrándose en Carmona o Cástulo, que darían lugar a los estados iberos turdetanos.
Existe una serie de lápidas sepulcrales halladas en el Algarve, Alemtejo y bajo Guadalquivir que contienen inscripciones en un idioma desconocido pero que parece ser que es de tipo semisilábico y se escribe de derecha a izquierda. En ellas se ha querido ver una representación del idioma tartésico, del que parece que derivó la lengua hablada por los turdetanos, de los que dice Estrabón que tenían escritos y leyes con más de 6000 años de antigüedad.
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