En el Garraf y dentro del Parque Natural del mismo nombre se halla un conjunto arqueológico totalmente en ruinas y con 4000 años de antigüedad.
Los primeros restos urbanos corresponden a un asentamiento amurallado de la edad del hierro y un poblado fortificado ibérico.
A partir de la llegada de los romanos, este enclave fue esencial para el proceso de control y reorganización de la zona y vía de acceso a la capital de Tarraco.
A finales del siglo X, el conde de Barcelona ordenó construir una nueva muralla para proteger a los habitantes del lugar de los ataques de los árabes, así como la iglesia de Sant Miquel y el castillo de Olerdola monumentos de los que se conservan numerosas estructuras.
Este fue un importante enclave militar para la reconquista de Tarragona a los árabes. Los restos arqueológicos se encuentran dentro del perímetro amurallado.
Los primeros restos urbanos corresponden a un asentamiento amurallado de la edad del hierro y un poblado fortificado ibérico.
A partir de la llegada de los romanos, este enclave fue esencial para el proceso de control y reorganización de la zona y vía de acceso a la capital de Tarraco.
A finales del siglo X, el conde de Barcelona ordenó construir una nueva muralla para proteger a los habitantes del lugar de los ataques de los árabes, así como la iglesia de Sant Miquel y el castillo de Olerdola monumentos de los que se conservan numerosas estructuras.
Este fue un importante enclave militar para la reconquista de Tarragona a los árabes. Los restos arqueológicos se encuentran dentro del perímetro amurallado.
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