viernes, 11 de octubre de 2024

El Taratrato = Alcañiz (Teruel)

 

Descripción

Se trata de un interesante poblado del ibérico pleno que fue excavado en su práctica totalidad entre los años 1924 y 1925 por Pierre Paris y Mosén Vicente Bardavíu. El Taratrato constituye un magnífico ejemplo de poblado de calle central con unas 40 viviendas dispuestas en dos alineaciones paralelas con sus puertas de acceso orientadas hacia el espacio alargado o calle creada entre ellas. Las traseras de estas alineaciones de casas conformaban un muro continuo a modo de muralla. En el acceso principal al poblado se construyó una gran torre defensiva de planta cuadrangular. Las excavaciones realizadas en este yacimiento pusieron al descubierto la intensa actividad agrícola de sus habitantes especialmente relacionada con el cultivo de cereales. Fueron muy abundantes los hallazgos de molinos de mano (circulares y de vaivén) presentes en casi todas las casas destacando especialmente el descubrimiento de una habitación con cuatro grandes molinos que fue considerado por sus excavadores como un posible “molino y panadería” si bien no se detectó la presencia de ningún horno. Posiblemente los excedentes de esta abundante producción de cereales fueron intercambiados por otros productos manufacturados de lujo algunos de los cuales, como varias cerámicas griegas realizadas en la primera mitad del siglo IV a.C., han aparecido en el yacimiento.

Cronología

El poblado de El Taratrato, que fue destruido violentamente por un incendio, fue ocupado entre los siglos V y IV a.C.

Localización

El poblado ibérico de El Taratrato se sitúa sobre un pequeño cerro de cima amesetada próximo a la margen izquierda del río Regallo, a unos 15 km al Oeste de Alcañiz. Puede accederse al yacimiento tomando un camino en buen estado y señalizado, de poco más de 1 kilómetro de longitud, que parte de la carretera N-232 a la altura del km 148,600 en su margen izquierdo. Junto al yacimiento se ha habilitado una pequeña zona de aparcamiento de vehículos



jueves, 10 de octubre de 2024

LAS HOYAS = Cuenca

El yacimiento de Las Hoyas se sitúa en la Serranía de Cuenca, en el término municipal de La Cierva, a 20 kms. de la ciudad de Cuenca. Se trata de una de las zonas más importantes para el estudio del Cretácico Inferior, debido al grado de conservación excepcional de los fósiles encontrados en este yacimiento. Constituye, por tanto, un ejemplo único de depósito de la era Mesozoica (correspondiente al periodo Barremiense, entre 125 y 110 millones de años) por sus condiciones geológicas y paleontológicas. Los fósiles encontrados en el yacimiento se han convertido en piezas de gran relevancia a partir de las cuales podemos rescatar información sobre el origen de animales y plantas en su ecosistema original. Es por ello que este registro se compara con otros yacimientos importantes a nivel mundial, como son los de Yixian en China, de edad equivalente, o el de Messel en Alemania, de edad más moderna.

Para valorar la importancia del registro fósil del yacimiento de Las Hoyas, hay que tener en cuenta que es a comienzos del Cretácico Inferior cuando se produce una revolución en la historia de la vida. Es en el periodo entre 150 y 125 millones de años cuando aparecen por vez primera y se diversifican las plantas y animales que constituyen los grupos dominantes de la actualidad. Las Hoyas es un laboratorio natural, donde podemos comprobar cuándo y cómo se produjeron estos acontecimientos que revolucionaron la biodiversidad del Planeta. Es por ello que Las Hoyas fue declarado como Bien de Interés Cultural en 2016 y los fósiles encontrados en este yacimiento están expuestos en el Museo Paleontológico de Castilla - La Mancha (MUPA), en Cuenca.

Más de 30 años de estudios han permitido la reconstrucción de lo que entonces fue el paisaje de la Serranía de Cuenca, y concretamente de Las Hoyas: un humedal de clima subtropical, compuesto por un entramado de lagos y charcas de agua carbonatada (muy similares a las encontradas en el actual Parque Natural de las Lagunas de Ruidera en Ciudad Real). El clima del Barremiense se caracterizó por una alternancia de una estación lluviosa y otra seca, propias de esta latitud subtropical.  Todo ello influyó en la gran diversidad de seres vivos que debieron habitar el lugar: una confluencia entre organismos pertenecientes a hábitats terrestres y acuáticos, diferentes según la disponibilidad de agua. La comunidad de especies estaba formada por la combinación de grupos basales (cuyos parientes se remontaban a periodos previos del Jurásico) que acabaron extinguiéndose y otros grupos modernos (antecesores de organismos actuales). 

Lara de la Cita García. Comunicadora científica y Ayudante de Investigación del Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid.




sábado, 5 de octubre de 2024

DOLMEN DE EL CASAL DEL GATO, ALMEIDA DE SAYAGO, ZAMORA

Emplazado a orillas del Regato del Hervidero, el Dolmen de El Casal del Gato se halla muy próximo a una fuente de aguas termales sulfurosas. En los alrededores abundan los afloramientos graníticos con paredes grabadas con diversos motivos, sobre todo con pequeño hoyos circulares, llamado cazoletas, posiblemente en el tiempo de la construcción y uso del dolmen. De entre esos afloramientos decorados destaca el covacho o abrigo ubicado cerca del dolmen. La suma de todos estos elementos confiere un acusado simbolismo a este lugar.

Estamos ante un dolmen o megalito de unos 5000 años de antigüedad. Se erigió a finales del Neolítico para el enterramiento de los miembros de una comunidad. Seguramente fue usado también como cementerio en la fase siguiente, el Calcolítico o Edad del Cobre y, en algún momento posterior, a lo largo del II milenio a. C., en la Edad del Bronce, acogió algún enterramiento


individual en forma de caja delimitada por pequeñas lajas, del tipo que conocemos como cista. Lamentablemente, el terreno ácido, tal vez junto a expolios posteriores, han impedido la conservación de restos óseos, por lo que no es posible conocer el número o las características de los individuos que pudieron enterrarse en el monumento.

Constaba de una cámara funeraria de planta circular de unos 5,80 metros de diámetro de grandes lajas graníticas hincadas, un túmulo de tierra y piedras que la cubría por completo y un corredor de acceso, orientado al sureste, al solsticio de invierno, y de 6 m de longitud. El monumento, de unos 24 m de diámetro, era visible a cierta distancia y pudo funcionar como marcador territorial de la comunidad que lo levantó, cuyo poblado no se ha localizado.

Cuando fue dado a conocer por César Morán en la década de 1930 tan solo se conservaba el pasillo, que era utilizado como refugio por pastores y cazadores, habiendo desaparecido prácticamente todos los vestigios del túmulo y de la cámara. No obstante sus excavaciones permitieron recuperar un buen número de hallazgos, entre ellos fragmentos cerámicos elaborados a mano, piezas de sílex y de cuarzo, cuentas de collar de piedra variscita de color verde o una hoja de puñal de cobre.

En 2014, la Ana Viñé consolidó el corredor, poniendo en pie los bloques caídos y rebajando la tierra acumulada en  su interior. Las últimas excavaciones, llevadas a cabo por Javier San Vicente  y  Antonio Trigo entre 2018 y 2019 en el marco del proyecto “Patrimonio en Común” (0145_PATCOM_2_E) del Programa INTERREG V-A de Cooperación Transfronteriza España-Portugal (POCTEP 2014-2020), han permitido definir el espacio de la cámara, las probables dimensiones del túmulo e identificar gran número de los bloques que sirvieron de contrafuertes a las piedras enhiestas, desaparecidas, que delimitaban la cámara. También localizaron restos de la cista de enterramiento individual de la Edad del Bronce.

Dentro de ese proyecto PATCOM también se ha procedido a la acondicionar el yacimiento insinuando sobre el terreno la estructura perdida del monumento y renovando la cartelería explicativa tanto del megalito como del cercano abrigo con insculturas que forma parte del mismo complejo simbólico.

Junta de Castilla y León


martes, 1 de octubre de 2024

Cueva de Achbinico = Tenerife (Islas Cañarías)

Conocida también como Ermita de San Blas, fue el primer templo de la Virgen en Candelaria y, por tanto, punto de encuentro entre la cultura europea y la aborigen. Situada a pocos metros de la Plaza de la Patrona de Canarias, la ermita se construyó respetando la cueva y habilitándola como lugar de culto cristiano. Desde el año 2000 la ermita cuenta con una reproducción del primitivo icono de la Candelaria elaborada en bronce y fiel a las descripciones del mismo. Muy cerca se encuentra la Cueva de los Camellos, que servía de cuadra a los camellos que antiguamente servían para transportar mercancías hasta Candelaria

Web Tenerife